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Cuando a finales de septiembre los Knicks y los Timberwolves anunciaron el traspaso, las críticas no faltaron. Sin embargo, tanto Karl-Anthony Towns en New York como Julius Randle en Minnesota encajaron y son claves en los equipos que llegaron a las finales de conferencia.

El dominicano llenó el espacio que un Mitchell Robinson propenso a las lesiones no podía completar y es clave en la Gran Manzana. En este contexto, en los playoffs promedia un doble doble con 19.6 puntos, 11.3 rebotes y 1 tapa por juego con buenos 49% de campo y 37% en triples.

Del otro lado a los Timberwolves llegó un Randle que llegaba arrastrando lesiones de la 23/24 y que se esperaba que fuera traspasado. Pero eso no sucedió y el ala pivote ha sido clave en esta postemporada con 23.9 puntos, 5.9 rebotes y 5.9 asistencias siendo el ladero ideal para Anthony Edwards con un gran 51% de campo.

A su vez, por lo bajo pasó el hecho de romper la química de los Knicks enviando a DiVincenzo a los Timberwolves, ya que lo separaba del grupo de Vilanova compuesto por Jalen Brunson, Mikal Bridges y Josh Hart. Pero poco a poco se convirtió en una pieza clave como sexto hombre con 8 puntos, 3.2 rebotes y 3.5 asistencias sumado a 1.7 recuperos, liderando junto a Naz Reid a la segunda unidad de los de Chris Finch.