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Ser elegido en el quinteto ideal de la NBA es un verdadero halago. Una marca que queda para el resto de la vida y a la que los estadounidenses le dan mucho valor. Es un nivel de jerarquía que alcanzan solo 5 jugadores por temporada, en una Liga llena de fenómenos. 

También es muy meritorio quedar en algunos de los otros dos quintetos, el segundo o el tercero. Lo que pocos saben es la catástrofe que puede significar para algunos jugadores quedar afuera de cualquiera de los tres. Y no por una cuestión de jerarquías, sino pura y exclusivamente de dinero. 

Para poner dos casos concretos. Y un tercero, opuesto. Jayson Tatum y Donovan Mitchell, al quedar afuera de los tres equipos ideales elegidos por la prensa, se perdieron ¡32 millones de dólares cada uno! ¿Cómo es eso? Simple. Por las reglas de contratos máximos, la NBA permite el tope de un 30% sobre el límite salarial para ser ocupado con un contrato, si es que ese jugador fue incluido en uno de los tres quintetos. Si no es así, el porcentaje baja a 25%. 

Pongamos el caso de Tatum. Él podría ahora hacer una extensión de su convenio como rookie, por 5 años, por un total de 163 millones de dólares (siempre son cifras aproximadas, dependiendo de cómo se mueva el tope salarial por año). Si hubiese sido elegido en uno de los quintetos, podría haber sumado 195 millones.

Lo mismo ocurrió con Donovan Mitchell, de Utah. Y hablamos de ellos porque son dos que podrían haber estado en esos 15 jugadores, sin problemas. Ambos podrán seguramente telefonearse para juntarse y llorar juntos, ya que son buenos amigos. A Mitchell le queda todavía la chance, complicada, de ganar el anillo NBA. Si no, ambos vienen de capa caida en los últimos 2 años, empezando por el fracaso con Estados Unidos en el Mundial 2019. 

El caso opuesto es el de Luka Doncic, que inevitablemente iba a estar elegido en uno de los tres equipos. Al confirmarse, Doncic podrá romper todos los récords de extensiones de un contrato de novato, firmando porm 202 millones de dólares por 5 temporadas.