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La NBA está llena de historias de superación, de vidas sacrificadas y de momentos difíciles que debieron pasar los jugadores y los entrenadores también. Algunos no salen a la luz tan fácilmente pero otros se conocen enseguida o son visibles. Tal es el caso de Jordan Walsh, el nuevo ídolo de Boston Celtics.

Suena muy fuerte hablar de nuevo ídolo en una franquicia tan importante como Boston, una de las más grandes de la NBA, con una historia muy grande y con grandes estrellas que vistieron esa camiseta a lo largo de los años y que dejaron una huella, además de varios anillos de campeón.

Sin embargo cuando faltaban 3min03 para finalizar el encuentro entre los Celtics y San Antonio Spurs en el TD Garden, todo el estadio se puso de pie para aplaudir una sustitución. El novato Jordan Walsh debutaba en la NBA entrando en la cancha por Neemias Queta. Pese a que el marcador reflejaba un claro 114-94 para los Celtics, muchos de los fanáticos locales ya no se sentaron. Vivieron el desenlace con la esperanza que el rookie anotara. No pudo hacerlo. Falló el único lanzamiento que hizo, un triple, y, haciendo gala de la intensidad que le caracteriza, atrapó cuatro rebotes que fueron aplaudidos como cada una de las acciones en las que tocó el balón.

“Fue increíble. Siento que es un gran logro en la carrera de todos los que están deseando jugar en la NBA. Fue mi noche y estoy feliz de haber alcanzado ese hito”, expresó el propio Walsh apenas terminó el encuentro. Mientras que Joe Mazzulla, entrenador del equipo, comentó: “Puedo ver su crecimiento desde principios de año hasta ahora con su comunicación defensiva, sus rebotes. Está empezando a ver lo importante que es”.

Walsh, nacido en Dallas hace 19 años, jugó en la Universidad de Arkansas, donde ya mostró un físico poderoso pese a su 1.98 metros y se ganó fama de gran defensor. La vida del jugador de los Celtics estuvo marcada por su apariencia física. Sufre alopecia universal, una afección que afecta a un 2% de la población, que también padece, por ejemplo, el exárbitro de fútbol Pierluigi Collina y que provoca la pérdida de todo el vello corporal. Se puede experimentar a cualquier edad y a Walsh le tocó en la adolescencia. Era habitual que rivales y aficionados se burlaran de él por su calvicie.

Ni el jugador ni su familia sabían cómo lidiar con un problema que fue más allá de lo físico y llegó a afectar a Walsh en lo psicológico. Entonces, vio a Charlie Villanueva, un jugador de la NBA que sufría la misma afección y se convirtió en su ídolo. Más aún cuando llegó a conocerle a través de un pariente que tenía contacto con Ramon Sessions, con el que jugaba en los Bucks.

Para Walsh, tener ese referente “fue de gran ayuda, más que nada fuera de la cancha. Él entendía por lo que pasaba y podía contarle todo porque él había pasado por lo mismo. Siempre tenía buenos consejos”. Entre ellos, como dice Villanueva, le recomendó “que tengas alopecia, pero que la alopecia no te tenga a ti. Debes tener control de esta enfermedad, independientemente de si el cabello vuelve a crecer o no. Mantén una actitud positiva y úsalo como motivación para llegar donde quieres”.

Jordan expresó: “Tengo el control de mi vida y no permito que la alopecia me afecte en el día a día”. También expresó que en el baloncesto sólo trata de “trabajar lo más duro que pueda”. Así consiguió su sueño de debutar en la NBA mientras es él quien ayuda ahora a niños que sufren alopecia universal: “Les digo que deben ser ellos en todo momento y amarse siempre a sí mismos”.