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Ni el más poderoso de los super heroes gana sus grandes batallas por sí solo. En toda trama épica aparecen personajes secundarios que terminan asistiendo, de un modo u otro, intensionalmente o no, al resultado final. Si hablamos de épica, hablamos de Argentina en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Si bien Argentina estaba cargada de super heroes, para dar el primer paso necesito de un protagonista distinto. Dejan Tomasevic y su influencia en el primer partido.

Con el partido entrado en zona de promesas, solo 42 segundos restantes, Argentina tuvo un ataque impreciso y acá se da la primer gran incunvensia de nuestro protagonista alternativo. Un tiro de Delfino da al aro y el rebote lo agarra Tomasevic, falta inmediata de Scola y la línea de liberes con el marcador acuestas 79-75. La infracción sale bien a medias, 1/2 en sus tiros. Luego pasarían puntos de Nocioni, Bodiroga y Manu (una penetración anotando y sacando falta buenísima) y todo empatado a 81.

Acá llega el segundo acto de Tomasevic. Rakosevic evitó la defensa argentina, se la dió al pivote, Dejan, abajo del aro y Oberto lo cortó sin dudarlo. "¿Por qué la falta a Tomasevic?, porque sino estaba para meterla. Prefería que vaya al tiro libre. Cuando jugás tanto y estás en ese nivel, es como que accionás, no pensás", explicó el propio Oberto en Básquet Plus. Milagrosamente, salió bien, pero ¿por qué querer una falta a un jugador con 3.5 por jugar y sin tiempos muertos?

Dejan Tomasevic fue un pivote, con una gran visión de juego que coincidió mucho con los argentinos en su paso como jugador en España. Primero recaló en el Baskonia de la 01/02, convivió con una armada de 5 albicelestes; Luis Scola, Andrés Nocioni, Hugo Schonochini, Gabriel Fernández y el propio Fabricio Oberto, con quien también coincidiría en Valencia. De ahí, lo conocian todos a Tomasevic y también a su porcentaje en libres, en la última temporada, la 03/04, había sido del 45%.

Era arriesgado, pero salió bien, 1/2 tiros nuevamente y Manu en cancha, los segundos no importaron, Manu voló, doble, victoria y a otra cosa, gracias también al anti-héroe, Dejan Tomasevic. El jugador le guardó cariño a todos sus excompañeros argentinos y 18 años después dijó: "Tuve la suerte de jugar con y contra muchos jugadores argentinos".