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La Generación Dorada fue uno de los seleccionados argentinos más importantes de la historia. Además dentro del básquet, marcó un hito al conseguir los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Pero ese grupo de jugadores comenzó a dar pasos destacados años antes y uno de los momentos determinantes fue el FIBA Américas del 2001 en Neuquén, el cual otorgó plazas para el Mundial del año siguiente de Indianápolis.

En 2001 Argentina consiguió dos títulos con la base de la Generación Dorada. Primero fue el Sudamericano en Valdivia (Chile) y luego el FIBA Américas jugado como local en Neuquén, en el estadio Ruca Ché. El seleccionado albiceleste ganó los dos torneos de punta a punta, de manera invicta, sin perder un solo juego, pero tuvo cerca de caer. En el torneo continental, en el cierre de la primera fase, debió batallar en demasía para superar a Brasil, su clásico rival.

Argentina arrancó con un triunfo contundente contra Uruguay, luego venció con mucha autoridad a Estados Unidos, posteriormente le ganó a Venezuela aunque con algo más de trabajo. Para cerrar la primera ronda, le tocaba Brasil, el clásico rival. La albiceleste tuvo un gran comienzo, dominó con mucha solvencia, sacó una buena diferencia, incluso superior a las dos decenas. Pero el desarrolló se niveló y los brasileros empataron el tanteador y mandaron a partido a tiempo suplementario.

El elenco local terminó consiguiendo un triunfo valioso por 108-98 y en ese suplementario, Emanuel Ginóbili fue vital y determinante con una actuación excepcional. Muchos años después, Fabricio Oberto estuvo como invitado en Paren la mano y entre anécdotas y comentarios destacados sobre el bahiense, recordó cómo fue esa noche en Neuquén.

Oberto recordó el desarrollo del juego, en el cual sacaron una diferencia importante pero luego Brasil lo niveló. Y en un momento, agregó: “Estábamos en la jugada y Manu nos junta al medo y nos dice ‘cuando falten 5 segundos si no pudimos hacer nada, me la dan a mí’. No hubo otra respuesta que afirmativa, claro está”. Para cerrar, comentó: “Tiró unas bandejas increíbles, hizo lo que quiso. No sé si él tendrá recuerdos de esa charla pero yo tengo un buen recuerdo. Estábamos todos, Pepe, el Colo, Luis. Tremendo”.