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Una de las anécdotas más divertidas contadas por una persona relacionada al baloncesto argentino es la del Che García en México y su experiencia con la mascota de ese equipo. Todo empezó unos meses atrás: "En América jugamos la Final Four como en la Euroliga. Yo fui con un equipo uruguayo (Atlético Biguá) y jugábamos en México. El equipo local tenía una mascota, era una estrella", empezó contando Néstor en el programa Colgados del Aro de España con Juanma Iturriaga y Antoni Daimiel.

Un tiempo después, llegó para dirigir en el conjunto mexicano y, ya en el aeropuerto, arrancaron los momentos divertidos: "En junio, ese equipo me contrata a mí y yo llego a México y me va a buscar una persona con un cartel. Me subo a una camioneta y me dice el hombre: ‘¿Cómo está, profesor? ¿Usted no se acuerda de mí?’. Yo le dije que la verdad que no, no me acuerdo. ‘Yo soy el gorila’. Yo lo abracé, era imposible reconocerlo sin el traje, no sé por qué pensaba que lo tenía que conocer. Me dijo que trabajaba para la organización y agregó: ‘Profesor, a la orden para lo que usted necesite’".

"Empezó el torneo y cuando salió el equipo yo me quedé un rato en el vestuario. Él venía a cambiarse y, antes de ponerse la capocha de gorila, me dijo de vuelta: ‘Profesor, lo que necesite, a la orden’. Un día jugábamos con Cancún, partido difícil. Faltaban siete segundos e íbamos ganando por tres. Pide minuto el técnico de Cancún. Yo estaba con mis jugadores, hablándoles, y siento los pasos de gorila. Se me acerca y me dice: ‘Rick Meléndez, triple de la esquina’. Era un jugador del otro equipo. Mi asistente me mira y me dice que `¿no le vas a hacer caso al gorila?'. Me quedé pensando y se fue el minuto. Sacan ellos, nos desordenamos en la defensa y Rick Meléndez la metió desde la esquina".

El encuentro fue a suplementario y el Gorila pasó por atrás del Che mientras hablaba con los suyos: "Profesor, le dije". En el tiempo extra se dio una situación parecida. Halcones se encontraba arriba a pocos segundos del final, 2 arriba y hubo otro tiempo muerto del coach rival. El Che se plantó y le dijo a todos: "No me digan nada, voy a esperar al gorila". La mascota corría y pasaba por el banco de Cancún, pero no volvía, hasta que llegó corriendo y se sinceró: "No entendí nada de lo que dijeron". 

Francisco Basiglio Godoy/[email protected]
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