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Andreas Obst anotó 24 puntos en la que espera que sea la segunda noche más gloriosa de su carrera, pero la foto del juego ante Estados Unidos fue la daga que anotó de tres puntos sobre el cierre, haciendo pasar de largo a Tyrese Haliburton. “Sin dudas, una de las mejores noches de mi vida” dijo luego del encuentro.

“Estoy muy feliz, he trabajado mucho para llegar a esto. Sé cuáles son mis virtudes, y supongo que los estadounidenses me tendrían en sus informes de scouting. Puedo tirar, puedo penetrar, puedo abrir la pista para mis compañeros” expresó luego del encuentro el tirador. Pero también le dio crédito al trabajo de todo el equipo: “Es una gran sensación tener esta oportunidad de hacer ese tipo de buen juego. Pero al final fue un logro del equipo”.

Y uno de los grandes responsables de su evolución ha sido Gordon Herbert, el entrenador del seleccionado teutón: “Es uno de los mejores tiradores del baloncesto FIBA y además hace más cosas. Crea espacios para Wagner y Schröder… se ha ido viendo su evolución hasta convertirse en mucho más que un tirador. Crea, defiende…”.

Johannes Thiemann fue aún más allá: “Juego con él desde que tiene 16 años y ya sabía de lo que es capaz de hacer. Y tienen que construirle una estatua”. Y hasta recibió elogios de Anthony Edwards: “El plan de juego era sacarlo del juego y, ya sabes, terminó saliendo esta noche”.

Nacido en 1996 en Halle, Alemania, dejó su casa a los 15 años rumbo a Bamberg con el sueño de ser profesional a cuestas. Y el tiro fue el arma que se dedicó horas y horas a perfeccionar. Ahora, a los 27 años, y con cuatro ya como un fijo en la selección alemana, Obst está a un paso junto a sus compañeros de un título que lo dejará en los libros de historia. Y ese niño que tiraba en Halle debe estar sumamente orgulloso de lo que se ha convertido.

ANDREAS, OBST ON EARTH?!? 😱#FIBAWC x #WinForDeutschland 🇩🇪 pic.twitter.com/Tl8wo0irJD

— FIBA Basketball World Cup 2023 🏆 (@FIBAWC) September 8, 2023