Como Bahiense del Norte en Bahía Blanca, Hindú de Córdoba es una usina permanente de jugadores de básquetbol de alto nivel. Uno de los mejores, sin dudas, es Juan Pablo Vaulet, el chico que ahora viste la camiseta de Weber Bahía Basket, pero que hizo toda su carrera formativa en el club cordobés.
¿Cómo se da tu ingreso o primera relación con Hindú?
- Cuando tenía 14 años, Juan Pablo "Pocho" Caro (entrenador e hincha de Hindú hasta el día de hoy) me invitó a que vaya a entrenar una semana para que conozca un poco el club. Yo en ese entonces jugaba en Union Eléctrica (otro club de Cordoba). Fui y me encantó. A partir de ese momento empece a jugar ahí.
¿Qué significó en tu infancia y niñez, como formador?
- Fue un club que me ayudó a desarrollarme no solo como jugador de básquet sino también como persona. Los años que estuve ahí crecí y maduré muchísimo en todos los aspectos. Hindú es un club que está rodeado de buenas personas, y eso me facilitó y también me ayudó muchísimo. Estoy muy agradecidos a ellos.
¿Cuántas horas por día pasabas en el club? ¿Estaba cerca de tu casa, quién te llevaba, quién te iba a buscar?
- Casi siempre pasaba desde las 4 de la tarde hasta las 10 de la noche, porque era un lugar en donde me sentía muy cómodo y me daba gusto quedarme gran parte del día en el club. La pasaba genial. Siempre iba a la tarde porque a la mañana iba al colegio. No me quedaba tan cerca de mi casa, siempre necesitaba que mis viejos me lleven, o si ellos no podían iba en colectivo o en taxi. Pero siempre iba, sea en lo que sea iba porque me encantaba.
¿Fue Hindú un lugar de reunión familiar, al ir tu hermano también?
-Sí, Hindú es de esos clubes que son muy familiares, que todos se conocen con todos. Hice un montón de amigos en el club, y eso es lo lindo también de los clubes, ir y socializarte con otras personas. Desde el primer día que estuve me hicieron sentir parte de la familia, no solo a mí sino también integraron muy bien a mis viejos y a mi hermano. Un club muy accesible.
¿Qué otras actividades hiciste en el club?
- En Hindú solamente hice básquet. Es un club muy basquetbolero. Se respira mucho básquet. La mayoría de los chicos de ahí juegan a este deporte.
¿Con qué tranquilidad te dejaba tu familia en el club?
- Hindú es un club muy tranquilo, rodeado de muy buena gente. Cuando uno va y se queda una semana se da cuenta de eso, así que siempre mis viejos me dejaban con mucho tranquilidad. Los años que estuve nunca me pasó nada.
¿Cómo caracterizarías a Hindú, cómo es? Porque además de ser un club social, es enorme la cantidad de jugadores profesionales que salieron de allí.
- Es un club que se caracteriza por formar jugadores. Yo creo que desde el presidente hasta los entrenadores de minibásquet tienen claro eso. Siempre priorizaron la formación del jugador antes que los resultados deportivos instantáneos. La verdad es que sacó muchos jugadores que hoy están a nivel profesional. Eso para Hindú es mucho más importante que salir campeón. Creo que ellos se sienten campeones al ver jugadores que se han formado y desarrollado en el club jugando en la Liga o en otros torneos profesionales muy buenos.
¿Hiciste amigos para siempre en Hindú, eran los mismos del colegio, otros?
- Me hice un montón de amigos en Hindú que hasta el día de hoy los mantengo en contacto. Con ninguno compartí también el colegio, porque yo iba a uno que quedaba al frente de mi casa, y mi casa queda lejos del club.
¿Qué valor le das a lo que te dio Hindú en tu infancia? ¿Qué extrañás?
- Mi paso por Hindú fue una etapa muy linda en mi vida en donde ellos me hicieron sentir muy buen, conocí muchos amigos, me desarrollé basquetbolísticamente y como persona. Fue un lugar donde aprendi muchísimo. Lo que extraño es la sensación de jugar con tus amigos y disfrutar las juntadas post-entrenamientos. Terminar de entrenar e ir todos al kiosco a tomar una coca, jajajaja. Esas cosas no se olvidan más.
¿Volvés al club cuando vas a Córdoba?
- De vez en cuando vuelvo al club si tengo tiempo cuando estoy en Córdoba.
¿Te gustaría alguna vez hacer algo para o con el club?
- Sí, uno siempre quiere devolverle algo a un club que te dio tanto y a las personas que te han ayudado mucho. Eso es algo muy importante en el desarrollo de un jugador. Esas personas nunca se olvidan. Yo creo que hay que agradecerles por todo lo que te dieron.