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Sofoklis Schortsanitis probablemente no sea un nombre conocido, pero si pasa a serlo si se lo nombra como Baby Shaq. El gigante griego fue una pesadilla frente a Estados Unidos en 2006, siendo figura para eliminar al dream team en el torneo jugado en Japón.

Dwight Howard y Chris Bosh, dos de los mejores defensores en la pintura que tenía la NBA en esos tiempos, sufrieron la presencia del griego como pocas veces habían sufrido en sus carreras: fueron catorce puntos en dieciocho minutos por parte del interno, que cerró su presentación con un contundente seis de siete en tiros de campo. El de los Orlando Magic fue quien más lo defendió. Pero, en ese tiempo que Schortsianitis estuvo en cancha, Mike Krzyzewski jamás encontró un emparejamiento favorable para su equipo.

Dentro de un seleccionado que contaba con figuras del calibre de Dimitris Diamantidis, Theodoros Papaloukas y Vasilis Spanoulis, el pivote que por ese entonces vestía la camiseta del Olympiacos fue sorpresivamente el hombre más dañino para el sistema de los estadounidenses. El mejor partido de su carrera le llegó en el momento más importante de todos. Eventualmente, los griegos cayeron ante España en la final. Sin embargo, nadie les quita la satisfacción de haber bajado al candidato.

Y la jugada fue el pick and roll, que generó tantos dolores de cabeza que generó un cambio en la misma NBA. Según Carmelo Anthony, en conversación con el propio Howard, explicó esto: “Ese pick and roll cambió el juego, la forma que se defendía en la NBA. La forma en la que Grecia jugó el pick and roll contra nosotros fue la responsable del cambio”.

Y Howard agregó: “Hacían el pick and roll con el 5 y era Baby Shaq, entonces se llevaba mucha atención y el otro jugador hacía el pop. Entonces si íbamos con una alineación más baja con Melo en el 5, entonces podía chocar sobre Melo y conseguir puntos fáciles. Cuando era una alineación más grande conmigo, Bosh o Boozer, no podíamos llegar al tirador porque él estaba siempre intentando entrar en la pintura”.