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La situación de Nico Laprovittola en el Real Madrid es compleja de analizar. Nico no parece poder tener el control de la situación, porque en definitiva está bajo contrato con el equipo y, si bien no quedó contento el año pasado, es quizá el club más importante del mundo. Llegar es dificilísimo. Irse también. Claro que el Madrid tampoco deseaba su continuidad.  

Pero aquí empiezan las situaciones externas. Por un lado, el Panathinaikos griego dándole la manija de otro de los grandes clubes que hay en Europa, nada menos la manija que tenía Calathes hasta hace pocos meses, y que dejó para irse al Barcelona. Gran tentación y, encima, gran salario también. 

Al Madrid, que no podrá este verano jactarse de haber manejado el mercado muy bien, le explotó todo en las manos. Aunque sabía desde hace meses que Campazzo se iría, no se lo creyó y se durmió para buscarle con firmeza un reemplazo. 

Larkin renovó en Efes, Calathes se fue al Barcelona, Delaney al Milano, y Sloukas, al que más se acercó, terminó volviendo al Olympiacos. Se quedó sin nada. Entonces ahora, quizá necesite de Lapro, pero ¿por cuánto tiempo? Tiene un problema extra: no puede ni siquiera fichar bases en la NBA, porque la agencia libre comenzará a mediados de octubre. Todo mal. 

Entonces la situación de Lapro podría pasar a ser la siguiente. Que el Madrid se quede con Lapro, que Lapro juegue bastante de entrada, pero que en octubre el Madrid fiche a un descarte NBA y Nico pase a cuarteles de invierno, porque el base uno será el NBA, y el dos Llull y Alocén, alternativamente.

Obviamente está la chance de que Nico lo haga de tal manera que convenza a Laso, pero esas chances claramente no son seguras. Lapro obviamente intentará dejar las cosas claras con el entrenador antes de que se defina la historia. Veremos si tras esa charla se puede armar algo que convenza a todos.