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Desde que LeBron James sufrió una distensión en la ingle de la pierna izquierda (25 de diciembre ante Golden State) los Lakers han jugado seis partidos, de los cuales solamente han podido ganar uno. Este domingo en Minnesota volvieron a caer, esta vez por un contundente 86-108 y desplegando uno de los peores rendimientos del último tiempo. Nunca hubo un atisbo de reacción y eso fue lo que generó una dura autocrítica de Luke Walton en el post partido.

Los principales apuntados por el entrenador de los Lakers fueron Lonzo Ball y Brandon Ingram: "Necesitamos más pasión por parte de ellos. Lo intentan, pero son muy jóvenes (ambos tienen 21 años). En ciertos momentos necesitamos más pasión, más lucha. Y eso no significa anotar más, sino pelear balones perdidos, una comunicación más ardiente o más deseo en coger los rebotes".

"Brandon, por ejemplo, tuvo algunas buenas acciones de rebote ante Minnesota. Y lo que necesitamos es algo así de él todo el tiempo. Y no sólo son ellos dos, pero hasta que volvamos a recuperar a todos los lesionados, tenemos que jugar con más pasión y fuego. Ya es complicado ganar en esta Liga con todos sanos, así que tienes que doblar tu esfuerzo cuando tienes bajas", completó Walton.

Este mal momento provocó una caída abrupta de la franquicia angelina en la tabla de posiciones de la Conferencia Oeste: del cuarto al octavo puesto, como consecuencia de un récord global 21-19 y de una racha 3-7 en los últimos diez juegos. Este lunes se enfrentarán ante los Mavericks de Dirk Nowitzki y Luka Doncic. ¿Walton habrá podido generar el efecto de shock que pretendía en las jóvenes promesas de su plantel?