Smart y Adebayo, los resilientes de la final del Este
11:37 18/09/2020 | Ambos viven sus horas de éxito en la NBA, tras haberse criado en la pobreza y en la tragedia. Historia de dos sobrevivientes.
En la NBA está lleno de casos de jugadores que pudieron superar obstáculos para llegar al cielo jugando entre los mejores y ganando fortunas. Desde LeBron James hasta Kevin Durant pasaron penurias, en muchos casos potenciadas por la ausencia de una figura paterna o la muerte temprana de un familiar cercano.
El caso de hoy se refiere a dos protagonistas centrales de la final del Este, pero que no son las estrellas destacadas de sus equipos. Pero sí, claves para que Miami y Boston estén donde están. Son Bam Adebayo y Marcus Smart.
Adebayo tiene 23 años y se crió junto con su madre (su padre los abandonó cuando él era pequeño), en una casa rodante, en Pinetown, North Carolina. Su madre, Marilyn Blount, se levantaba a las 5.45, le preparaba un buen desayuno a Bam y, cuando él se iba al colegio, ella se iba a trabajar a una granja especializada en carnes de cerdo, salchichas y otros productos por el estilo.
Adebayo estudiaba y luego se entrenaba con su equipo de la secundaria en el Northside High School y, cuando volvía a la casilla, Marilyn ya dormía. A medida que fue creciendo, Adebayo fue tomando consciencia del esfuerzo de su madre por mantener a la familia y por darle estudios, y entonces se obsesionó con sacar a su madre de ahí. En el colegio fue buen estudiante y un gran trabajador de su juego, al punto que el mismísimo John Calipari visitó a Marilyn en la granja para convencerla de que eligiera Kentucky.
Adebayo eligió ir a Kentucky no solo por eso, sino por la fama de Calipari de conseguir que sus jugadores llegaran a la NBA. Como para no olvidar su meta, en Kentucky, Adebayo colocó una foto de la casilla rodante en la parte de atrás de su teléfono, costumbre que mantuvo en Miami, donde tenía una foto similar en su locker y a veces escribe la dirección donde vivían en sus zapatillas.
Cuando firmó en el Heat, tras solo un año en Kentucky, Ademayo, cuyo nombre real es Edrice Femi, y le dicen Bam por el personaje de Los Picapiedras, alquiló un departamento para él en el centro de Miami, en un piso 48, y otro para su madre, en el 5º del mismo edificio. Ella no puede creer todavía cómo le cambió la vida. Para no olvidar el pasado, guarda un recibo de su sueldo semanal de 240 dólares de la granja de Pinetown.
Cuentan que cuando Miami le hizo unos entrenamientos predraft, con Spoelstra y Pat Riley presentes, en un momento le pidieron tantas cosas que Bam empezó a insultar porque lo estaban volviendo loco. Spoelstra abrió los ojos sorprendido. Juwan Howard, asistente, pensó enseguida: "Este es un chico para Miami. Si tiene los huevos de hacer esto enfrente de Spoesltra y de Riley, es un chico para Miami".
Adebayo estuvo hasta bastante avanzado el plantel que iría al Mundial de China, pero fue cortado y no quedó entre los doce. "Lo van a pagar", dijo en su círculo íntimo. Y cuando el equipo quedó afuera ante Francia, sostuvo que él podría haber ayudado.
El martes, con la tapa en la acción clave contra Jayson Tatum, demostró que su decisión y actitud no tiene límites. Quizá no tenga el talento de otros, ni la altura ni la destreza, pero en ganas nadie lo supera, como tampoco en carácter. Miami lo necesita siempre a pleno, y él siempre le devuelve eso.
El caso de Marcus Smart es más trágico, aunque también con origen en la pobreza. Marcus se crió con su hermano Todd, que durante 18 años peleó contra una leucemia que lo venció en el 2004, con 33 años. Marcus tenía 9. Su otro hermano, Michael, no soportó ese golpe y cayó en las drogas y el delito. Marcus estuvo a punto de caer también, pero tomó el ejemplo de Todd, que nunca se dio por vencido.
Hoy, cuando está en la cancha, recuerda el día que su hermano fallecido, tras una sesión de quimioterapia y rayos por su tumor en un ojo, se escapó del hospital y se fue al gimnasio para jugar un partido. Metió 30 puntos sin prácticamente poder ver con el ojo afectado. "Por eso cuando salgo a la cancha voy a dar todo lo que puedo y todo lo que tengo hasta que no tenga más, porque mi hermano no tuvo esa oportunidad", dice Smart.
Marcus es el alma anímica de este Boston que sorprendió barriendo a Philadelphia 4-0 y derrotando a Toronto 4-3, recuperándose de un cierre fatal en el juego 3 que lo afectó al punto de llegar al séptimo partido contra los Raptors. Smart tiene mucho que ver con que la sangre no llegara al río y reflotaran su juego para meterse en la final del Este. Igual que Adebayo con Miami. Son dos ganadores que perdieron mucho en su vida, por lo que valoran lo que tienen hoy. Tan simple y tan difícil como eso.
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