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NBA

Virtudes y defectos de LaMelo: ¿cómo juega el menor de los Ball?

20:47 17/09/2020 | Analizamos el estilo de juego de uno de los principales candidatos al Top 5 del próximo Draft.

Foto: Getty Images

Más allá de las actitudes polémicas y el impacto mediático de su padre LaVar. Por fuera, incluso, de las críticas hacia el juego de su hermano Lonzo. Lejos de los patrocinios, de las marcas de ropa, de los contratos y de todo lo que tiene que ver con lo ocurrido fuera de la cancha, emerge el talento de LaMelo Ball. El joven perimetral es uno de los máximso candidatos al Top 5 del próximo Draft. Pero, ¿cómo juega?

En cinco días, el base cumplirá 19 años de edad. En el tiempo que ha recorrido desde que decidió ser jugador de básquet, se puede argumentar que ha tenido una experiencia superior a muchos de los otros prospectos que competirán con él por un lugar en la cima de la competencia: pasó por Lituania y luego llegó a los Illarrawa Hawks de Australia, en donde mostró su mejor versión: 17 puntos, 7,6 rebotes y 6,8 asistencias por partido en doce presentaciones.

Pero, independientemente de sus números, los días de Ball en Oceanía han evidenciado sus virtudes y defectos muy claramente: en el primer apartado, resalta su facilidad para crear en ofensiva desde todos los aspectos. Melo es, al igual que su hermano Lonzo, un gran pasador que puede encontrar a sus compañeros en situaciones propicias de anotación. Sin embargo, supera considerablemente a su familiar a la hora de crearse sus propios tiros. Posee un mejor manejo del balón, es más agresivo y confía, a veces demasiado, en sus posibilidades en el uno contra uno.

Su altura (2,01 metros) le permite dominar a la mayoría de los bases que lo defienden. A pesar de su corta edad, le ha sacado mucho provecho a esa ventaja en una liga profesional como la australiana. Potencialmente, puede emerger como uno de los grandes "generales del campo" en transición, aspecto en el que se destaca por su velocidad y fortaleza atlética. Está lejos de ser Ben Simmons, pero podría moldearse a imagen y semejanza del de los Philadelphia 76ers en este rubro.

Una de sus grandes debilidades es, también, el campo en el que más puede evolucionar: Ball lanzó con un 25% de acierto desde el triple en Australia y esa cifra puede ser alarmante. No obstante, ha mostrado recursos desde el lanzamiento exterior y su mecánica indica que tiene un amplio margen de mejora. Intentó 6,7 por encuentro, otra prueba de su confianza. Amparado en su buena mano, deberá recurrir aun más a las penetraciones para poder sobrevivir en la NBA. Saber finalizar en las cercanías del aro y conseguir el contacto es vital para atletas de su calibre. En eso, LaMelo no ha progresado demasiado: registró una media de 3,9 tiros libres por noche.

La defensa es el principal problema de su juego. No tanto por características físicas, ya que su versatilidad le permitirá crecer en ese costado de la cancha si se lo propone y su velocidad de piernas no presenta debilidades, sino más bien por su falta de atención: el hijo mejor de LaVar suele desentenderse de las jugadas y a menudo olvida su marca. Además, ha exhibido falencias al realizar cambios defensivos por ests desconcentraciones. El factor mental será clave. Y, allí, Lonzo es superior.

LaMelo tiene todo como para ser un perimetral que impacte en la competencia estadounidense desde el inicio: puede correr una ofensiva protagonista, aporta al espectáculo por su calidad, es resolutivo desde lo individual y promete cambiar el ritmo de una franquicia que así lo necesite. Su amplio umbral de progreso en defensa lo hace un objetivo claro para cualquier equipo que desee reconstruír desde la base. Con él, lo más importante pasará por mantener los pies sobre la tierra, enfocarse y trabajar duro en sus defectos.

 

 

 

 

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