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Completamente mermado por las bajas de Manu Ginobili y LaMarcus Aldridge, y con la figura del equipo, el lesionado Kawhi Leonard, regresando recién el próximo jueves, poco pudieron intentar los Spurs como visitantes ante el mejor equipo de la Conferencia Oeste.

Los dirigidos por Gregg Popovich arrancaron con serios problemas para generar goleo, algo que se repetiría a lo largo del desarrollo del encuentro. Mientras Houston conseguía tiros abiertos fácilmente gracias a la superpoblación de creadores y a los esfuerzos de Harden y Paul, San Antonio intentaba armar su ataque en base a handoffs y posteos efectuados por Pau Gasol.

Fue solamente gracias a la muñeca de Bertans y Parker, quienes anotaron 8 puntos cada uno en los últimos 4 minutos, que los Spurs consiguieron hilvanar un parcial de 17-6 para terminar el primer cuarto 25 a 21. Sería el último momento de la noche en el que ambos conjuntos se verían de cerca en el marcador.

A partir de allí todo fue cuesta abajo para los visitantes. El entramado ofensivo de los Rockets se hizo pesar, principalmente gracias a la impecable tarea de un Clint Capela que se encargó de hacerle la vida imposible a los rivales, protegiendo la pintura, reboteando y rematando con soltura el pick and roll. Chris Paul, a su vez, tomó las riendas durante el segundo cuarto, cuando los Rockets comenzaron a pisar el acelerador y lograron escaparse 54 a 43 llegada la mitad.

Luego del descanso comenzó el show de James Harden, quien anotó 16 de sus 28 puntos solamente durante el tercer cuarto, para desesperación de un San Antonio que veía como el partido se alejaba más y más hasta llegar al 109-93 final. Ni Harden, ni Paul, ni Capela necesitaron jugar más de 28 minutos, ante unos Spurs en los que nadie consiguió superar los 14 puntos.

De esta manera, el equipo de Ginobili se encuentra en la décima posición en la Conferencia Oeste, fuera de los puestos de playoffs, y necesitando más que nunca el regreso de Kawhi Leonard para poder revertir esta situación.