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El juego comenzó con un triple de Quilmes a los 7 segundos, un doble y otra conversión desde el perímetro para el 8-0 parcial de Quilmes en 3 minutos de juego. El flojo inicio de Peñarol obligó a Leo Gutierrez a pedir minuto. En el reinicio, las ofensivas del Milrayitas, aumentaron su ritmo y dejaron su huella en el resultado que estaba igualado. Las pelotas al poste le dejaron su lugar al movimiento en el perímetro y desde allí castigó Peñarol. Se destacó Brown con 15 puntos en los primeros 10 minutos.

El segundo cuarto continuó con paridad. Gracias a un triple de Ortiz, Quilmes pasó al frente, pero su rival no perdió la concentración y lo siguió de cerca. Una ráfaga de Gianella achicó a 5 (40-35) una diferencia en el tanteador que llegó a ser de 9 a favor de los dirigidos por Javier Bianchelli. Luego del dominio de los hombres grandes de Peñarol cuando pisaban hacia adentro, llegó el 46 iguales de la mano de un desequilibrio individual de Juan Ignacio Marcos. Pero el base no se detuvo ahí y con un triple puso al frente a su equipo. Aunque el desarrollo era igualado y se trasladó al 52-52 con el que concluyó el primer tiempo.

Como durante todo el encuentro, el tercer chico estuvo plagado de tiros desde atrás de la línea de 6,75. Quilmes movió bien la pelota por el perímetro e intentó castigar desde las esquinas, mientras que Peñarol rompía por el eje con sus escurridizos jugadores para abrir el juego y encontrar tiradores a pie firme. Pero ambos estuvieron erráticos en la efectividad. En la alternativa del juego interior, el conjunto de Leo Gutiérrez tenía una pequeña ventaja que desequilibró el tanteador a su favor en un período de bajo goleo comparado con los anteriores.

Con las imprecisiones causadas por el nerviosismo del cierre, los 4 puntos que sacó Quilmes con más de 6 minutos en el reloj, parecían importantes. El resultado volvió a equilibrar todo, pero Bolivar metió una bomba desde el perímetro para el 77-74 parcial. El final se vivió muy tenso, punto a punto. Marcos aceró a un simple Peñarol con un triple a 53’’ del cierre. El siguiente tiro de Quilmes ni siquiera tocó el aro. El Milrayitas podía ganarlo, pero también erró y tuvo que cortar con falta. Ortiz, goleador del juego, con la mano firme no falló desde la línea de libres y colocó el 82 a 79. Brown convirtió, Peñarol cortó el juego nuevamente y Ortíz fue a la línea; que esta vez anotó 1 de 2, para dejar con vida a Peñarol. Gianella dejó todo al encarar el aro y forzó el suplementario en el Polideportivo de Mar del Plata.

Si el miedo a equivocarse era grande en el cierre del tiempo regular, era mucho mayor durante el overtime. A pesar de los errores, 93-88 ganaba Quilmes a menos de 1’30’’, pero nuevamente pecó de ingenuo. No cuidó la bola y Peñarol podía dar vuelta las cosas. Con toda su experiencia a cuestas, al igual que sobre el final del 4C, Gianella se fue hasta debajo de la canasta e igualó en 94 el encuentro. Con 6 segundos en el reloj, Peñarol presionó alto la salida y forzó el segundo suplementario.

Los últimos 5 minutos comenzaron con un triple de Lauria, pero Ortiz pagó con la misma moneda para el 100 a 99 para Quilmes. Juan Ignacio Marcos fue efectivo desde la línea de libres y colocó el 103 a 100. Empezaron a desfilar por faltas distintos jugadores en los dos equipos, entre ellos Ortiz, una baja sensible para Quilmes en el desenlace. Peñarol tuvo la frialdad que le faltó a su contrincante y se llevó el clásico.