Historias

Palito Borcel, el gigante de 2.15 que Argentina nunca pudo disfrutar

23:23 03/02/2020 | Fue una aparición única a principios de los '80, casi al mismo tiempo que Jorge González (2.30), con el que compartió el Sudamericano de 1985. Pero el corazón no lo dejó seguir.

Ayer y hoy: Palito con Jorge González en 1985 y hoy, con 52 años

Fernando Borcel (Buenos Aires, 18 de junio de 1967), atiende cómodamente desde su casa, recién llegado de la oficina donde trabaja diariamente, una empresa de sistemas donde es gerente de servicios de posventa desde hace 15 años. Fernando, para muchos del ambiente del básquetbol, es un perfecto desconocido. Para los que tenemos una edad más avanzada, es una de las mayores ilusiones que hubo en la Argentina allá por los años 80. Medía (mide) 2.15 y conformaba con Jorge González una dupla de interiores como no tenía nadie en el mundo, ni siquiera Estados Unidos. Dos jóvenes de 19 y 18 años (González y Borcel), de 2.30 y 2.15 metros de altura. Pero algo no funcionó. 

Palito Borcel (así le decían todos en 1983-1986 por sus 93 kilos en semejante tamaño), fue diagnosticado con síndrome de Marfan en 1986 después de jugar el Mundial y tuvo que abandonar la actividad, cuando estaba comenzando el gran sueño de su vida. González la terminaría apenas unos 3 años después, cuando se cambió del básquet a la lucha. Jorge falleció en setiembre de 2010 y Fernando se dedicó a la computación. Hoy charlamos con el hombre al que se le frustró su gran objetivo hace ya 34 años. 

 

- Te llevo a la prehistoria. ¿Cómo caíste en el básquet?
. Yo empecé a jugar al básquet a los 7 años más o menos en la colonia de Imperio Juniors. Ahí estuve hasta infantiles. Siempre siendo el más alto de todos. Y calculá que a los 15 años ya medía más de 2 metros. Ahí, como no me sentía cómodo en el club en el que estaba, me fui a visitar a Ferro, porque alguna vez había estado en alguna preselección, había entrenado en Ferro y me había gustado. Aparecí en el Etchart y me lo encontré a Luis Martínez. Me mostraron el club y todo lo que tenía y me quedé. Tiempo después, en una entrevista, Luis confesó que "me cayó un pibe de 2.05 y 15 años, lo agarré del cogote y lo metí en el club". Esto fue en 1982 o 1983. 

- No había ni Liga, era medio amateur.
. Y sí, Ferro jugaba el torneo de Capital y me acuerdo que uno de sus extranjeros era Harthorne Wingo. Lo recuerdo porque me regaló unas zapatillas Pony muy lindas. 

- Vos llegás a Ferro y supongo que empezaste a entrenar con los cadetes.
. Sí, creo que eran cadetes, pero inmediatamente comencé a hacer doble turno con la primera también. Imaginate que me fajaban de lo lindo. Era un desafío muy grande. Todavía estaba León Najnudel como entrenador, y él siempre me hablaba de fundamentos. Una experiencia hermosa. 

-¿Quiénes estaban en ese entonces en Ferro?
. Estaban Maggi, Uranga, Cortijo, Darrás, Belli, Oroño, Luis González, creo que el Chuzo González también, y Jorge Martín, que estaba medio terminando su carrera. 

- O sea que en dos años creciste 10 centímetros más, para llegar a 2.15 metros.  
. Ahí crecí un montón, pero era súper liviano. Pesaba 95 kilos. 

-¿Y cómo se da que León te lleva a la selección del sudamericano de 1985?
. Yo había estado en alguna selección anterior pero solo para jugar amistosos. Con Heriberto Schonwies. Y en 1985 hice toda la preparación e iba quedando. Yo no tenía muchas expectativas, porque el resto tenía más experienca y jugaba mejor, obviamente. Fue una experiencia de crecimiento espectacular. 

- Recuerdo perfectamente a la selección esa de 1985 porque promediaba 2.01 y porque León la armó pensando más, ni siquiera en el Mundial de 1986, sino en Seúl 1988. Estaban vos con 2.15 y Jorge con 2.30, ambos con menos de 19 años. 
. Sí, la verdad era raro. Mucho más para un país como Argentina que nunca se caracterizó por tener jugadores demasiado altos. Generaba mucha sensación. Me acuerdo que antes de Medellín hicimos una escala en Perú y no sé cómo pero había prensa en el aeropuerto de Lima, y nos hacían notas, nos sacaban fotos. Fue primera plana de diarios deportivos. Una cosa rarísima. 

- A mí me contó Pichi Campana que en Medellín, cuando salían a la calle, se armaban filas de personas que los empezaban a seguir. 
. Sí, sí, de hecho una vez, estando en La Habana, en una de las paradas previas al Sudamericano, se nos ocurrióa  Jorge y a mí ir a dar una vueltita caminando, cerca del hotel. En un momento, se paran dos colectivos, y toda la gente se bajó para hablar con nosotros y sacarse fotos. 

- Imagino que hablabas mucho con Jorge, no solo por la altura, sino porque eran los dos más pibes, casi de la misma edad. Supongo que charlarían de esa expectiva que se había puesto sobre ustedes. Él era medio tímido, pero vos, porteño, debías estar más canchero. ¿Hablaban de lo que podía pasar con ustedes o no se daban cuenta de dónde estaban?
. En esa época no discutíamos mucho sobre el futuro. Jorge, como vos decís, era muy retraído y muchas veces no sabías que pensaba. Yo tenía el sueño de llegar lejos con el deporte y veía todo eso como parte del camino. Formar parte de una selección, aunque fuera en un rol menor, con 17 años, era lo más grande que había. Y con jugadores que eran modelos para mí. Mi pensamiento era cómo sigue esto, qué vendrá después. 

-¿Vos caés cuándo que esto podía convertirse en algo importante? Porque al año siguiente vas al Mundial con Flor Meléndez. 
. Fue medio loco, porque Flor me convoca para la preselección del Mundial, pero yo ya estaba en Estados Unidos terminando la secundaria, y no podía irme. La selección se arma, no quedo entre los 12, obviamente, y se lesiona Luis González. Entonces Flor me llama a último momento, cuando ya habían cortado las clases. Ahí pude viajar sin problemas, pero sin entrenamientos con el plantel. 

- Vos decías que te habías ido a Estados Unidos, pero a una secundaria, ¿eso cómo fue?
. En 1983, durante la Copa William Jones que se jugó en Buenos Aires, León hizo contacto con el asistente de la Universidad de Oregon State, Jim Anderson, y les comenta de algunos chicos, entre ellos, de mí. Anderson vino un día a verme entrenar en Ferro, yo no hablaba una palabra de inglés, y me preguntó algunas cosas. Al tiempo, León me reconoció que la Universidad tenía interés en mí. Luego me contactaron, me ofrecieron ir, acepté, pero el problema era que tenía que saber inglés. Yo acá estaba terminando el industrial, entonces me ofrecieron ir a una escuela secundaria, que tenía un buen programa de básquet, tipo internado, de donde habían salido varios jugadores importantes (NdR: Oak Hill Acadamy, donde más tarde estudiaron, entre otros, Kevin Durant y Carmelo Anthony). Fui ahí y me comí un clavo tremendo. Fue una experiencia rara, pero aprendí inglés, que fue lo importante. Ahí me llegaron varios ofrecimientos de universidades y tomé la de Oregon State. 

-¿En Oregon State cuánto tiempo jugaste?
. Solo la pretemporada de mi primer año.

-¿Y ahí te hicieron el estudio?
. Sí. Justo venía de fallecer una jugador de volley muy importante, Florence Hyman, por un problema de corazón genético, que luego diagnosticaron como síndrome de Marfan. Una de las cosas que la definen es una dilatación de aorta y debilidad en las paredes de las arterias. Se rompe la aorta y tenés muerte súbita. Cuando me escucharon una cosita rara en el corazón, que no es tan rara en los deportistas, me dijeron que no iban a tomar ningún riesgo. Cuando me hicieron todos los estudios, resulté tener el mismo síndrome de esta chica. 

-¿Y qué te pasó por la cabeza? Venías de tener dos años súper intensos, con un Sudamericano, un Mundial, la Universidad, y de golpe se te acababa la carrera. Y tenías 19 años. 
. Cuando me dijeron que no iba a poder jugar más, hice una caravana por médicos y especialistas, y todos me dijeron lo mismo. Incluso pregunté quién era el que más sabía de todos del síndrome, y me dijeron que era una clínica en Maryland. Ahí me explicaron que podía hacer una vida normal, pero no haciendo deporte de alto rendimiento. Tuve que replantearme mi vida. A esa altura mi objetivo era jugar en la NBA. 

- Imagino que en el tiempo que estuviste en Oregon State habrás ido a ver algún partido de la NBA de Portland, que estaba cerca. 
. Sí, fui a algunos, pero no muchos, porque estaba a ciento y pico de kilómetros. 

- Te lo digo porque por más que en la NBA haya más gente alta, un chico de 18 años y 2.15 no se veía tampoco tan habitualmente allá. Te debían mirar como alguien que podía ir a la NBA.
. Tal cual. Llamaba mucho la atención. Era además otra época y otro básquet. Estaba más centrado en los pivotes. 

- Decidiste quedarte ahí para estudiar. 
. Sí, me ofrecieron quedarme y seguir con la beca. La verdad es que ese momento fue muy duro, me mató. Pero me duró poco, porque siempre fui muy pragmático y me dí cuenta que estaba bien preparado para seguir estudiando, y lo aproveché. 

- Argentina tuvo una persecución con los hombres altos. Jorge se fue a la lucha libre, vos tuviste el problema del corazón, el chico Lallana de Córdoba va y viene con las lesiones. Y estaba pensando que en tu caso, la ilusión que se había armado con vos y Jorge se desmoronó en dos años, porque después de lo tuyo, a fines de 1986, en 1988 Jorge decide pasar a la lucha libre y no vuelve más a jugar. 
. Así es. Yo con Jorge no me volví a ver después que dejé de jugar. Y con León Najnudel, cuando se me terminó el tema del básquet, no lo ví muchas veces más. Lamentablemente no nos sentamos a charlar. Tenés razón con el tema de que en esa época se hablaba de la esperanza de tener dos tipos tan altos en el básquet.

-¿Cuando a González lo eligieron en el draft de la NBA qué te pasó?
. Por un lado me sorprendió, más que en esa época la NBA era muy cerrada a los extranjeros, sobre todo si no eran yugoslavos o soviéticos. Por otro lado debo decir que entendí que estaba bien que un equipo decidiera hacer una apuesta. A veces salen fenómeno y a veces no. En este caso, no me lo imaginé jugando en la NBA en el corto plazo, pero a futuro, qué se yo. Tenía físico, condiciones. No sé.

-¿A vos durante mucho tiempo te duró el 'qué hubiese pasado si'?
. No, cuando se me cerró la última puerta, después de Maryland, lloré como si se me hubiera muerto toda mi familia. Fue un duelo muy grande. Me tenía que despedir de mi vida tal como la conocía hasta entonces. Tenía que empezar otra y me lo tomé de esa forma. Si no estaba en mis manos poder controlarlo, no tenía sentido pensar en qué podría haber sido. Disfruté mucho lo que viví y lo que me enseñó el básquet. 

-¿León te ponía fichas con el futuro o no?
. León siempre era de tirarme cosas no tanto hacia el futuro en el sentido de 'vos vas a llegar y vas a ser esto o lo otro', pero sentía que tenía un tratamiento especial hacia mí. Él era muy directo y me acuerdo que me dedicaba tiempo, me aconsejaba, me hablaba de la importancia de los detalles. 

- Vos estudiaste ciencias de la computación y cuando terminaste la carrera te volviste. 
. Sí, terminé la carrera en 1991 y me volví, pero yo tenía muchos amigos y cosas que me hacían sentir la necesidad de venir. Al principio, me acuerdo de haber ido al principio a ver algunos partidos. Pero con el tiempo cada vez me conocía menos gente, hasta que un día fui al Etchart, me acerco a la entrada y el tipo de los tickets me dice "señor, ¿usted quién es?". Y no volví.

-¿Qué es de tu vida hoy?
. Estoy totalmente desligado del básquet y del deporte. En Estados Unidos yo estudié ciencias de la computación, y ahora trabajo en una empresa donde tengo varios ingenieros a mi cargo y hago toda la parte de posventa. Hace ya 15 años que estoy ahí. 

-¿Ves algo de NBA al menos?
. Un poquito. En una época veía más, seguía a algunos de los equipos de los argentinos. Hoy miro algo, pero el capo de NBA en mi familia es mi sobrino de 10 años. Sabe más que vos, que yo y que León juntos. 

-¿Volviste a tocar una pelota?
. Ni. En Estados Unidos me junté algunas veces con gente amateur tipo picados, pero la diferencia de altura era mucha y me terminaban cagando a palos. Me iba con los brazos morados. No la pasaba bien, entonces dejé de hacerlo. Cuando volví a la Argentina, algunas veces me invitaron grupos de veteranos, pero yo ya no estaba en forma física.

-¿Y Palito, engordó?
. Je, no, Palito en una época engordó un poquito, je. Llegué a pesar casi 133 kilos, pero ahora estoy Palito de vuelta. Debo estar en 107, 108. Nada. Es más o menos mi peso. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

 

 

 

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