La nueva temporada de la NBB de Brasil comienza a palpitarse cada vez más, en una máxima categoría que afortunadamente volverá a tener participación argentina con dos representantes. Uno de esos dos casos es el de Damián Palacios, que después de haber hecho un gran paso siendo figura y ascendiendo en la Liga Oro decidió renovar su vínculo con Vasco Da Gama y jugará esta 2016/17 en la elite del básquet brasileño.
En cierto sentido podría decirse que las historias del venadense y del club carioca se parecen. Mientras el base argentino encontró un resurgir con su fichaje en Brasil, después de haber sido dado de baja en el TNA con San Isidro, para el Gigante da Colina ocurrió algo similar en una institución que tuvo serios inconvenientes en su manejo pero que ahora está de vuelta y se está estabilizando en los últimos años. Una especie de renacer para ambos casos, una nueva oportunidad.
Y esta nueva oportunidad aparece como una chance muy interesante para Palacios, que en diálogo con Básquet Plus se refirió a su presente en tierras brasileras así como también a las características y similitudes con la liga argentina. Su presente, sus objetivos y su vida en el país vecino, detalla en palabras del armador.
- ¿Cómo vienen estos días en Brasil?
. Bien, acostumbrándome cada vez más con el correr del tiempo. Esta última vez cuando llegué acá para la pretemporada toda la gente estaba con la locura de los Juegos, explotaba y estaba todo colapsado, era tremenda la cantidad de gente que te cruzabas. Pero igual yo estoy un poco más alejado de eso, lo más cerca que tengo es el Maracaná.
- ¿Con los entrenamientos cómo hicieron?
. Ya arrancamos, desde el 4 de agosto que llegué acá. Le estamos metiendo todos los días, siempre en el club, y eso no permitió que pueda ver tanto toda esa locura ni grandes cosas. Pude ir solamente a dos partidos de Argentina y no más, estaba medio lejos del Arena Carioca y me favorecía que Argentina jugase casi todos los partidos a las 22:30 porque entrenaba de 18 a 20:30 y de ahí me iba a la cancha que tenía poco más de una hora de viaje.
- ¿Te cambió mucho el sistema de trabajo de una temporada a otra?
. Sí, seguro que cambia, porque el formato de competencia es distinto. La otra vez vine con el campeonato armado y ahora arrancamos de cero, focalizando más en la parte física. Cambiamos el preparador físico también, entonces hay una nueva metodología. El que está ahora es el que elige Nené o Leandrinho cuando están de vacaciones acá, como para que tengas una referencia de que el tipo es muy bueno en lo que hace. El que teníamos antes también nos ayudó muchísimo pero por decisión del club lo cambiaron y ahora está este nuevo, donde nos estamos adaptando a otro tipo de trabajo. Ahora con la llegada de estos cuatro jugadores nuevos, que son Murilo, Fiorotto, Nezinho y Wagner, falta David Jackson que va a ser el otro extranjero, todo se hizo mucho más profesional, con tipos que tienen un recorrido y una trayectoria muy buena. El laburo que estamos haciendo es bueno, arrancamos con tiempo y de hecho creo que somos el primer equipo que arrancó con la pretemporada. Estamos laburando bien.
- Claramente es distinto.
. Porque imaginate que yo llegué la temporada pasada a mitad del torneo y en ese momento no se tocaba tanto la parte física, quizá hacíamos algo fuerte de eso un día a la semana. Ahora, estando desde el inicio y siendo el arranque de la pretemporada, es distinto, es una maratón. Hoy el trabajo es más intenso, vamos variando, personalmente me gusta mucho.
- ¿Ya tienen un objetivo definido para la temporada?
. Mirá, se mantuvo la base de la Liga Oro y creo que con estas cinco incorporaciones, con jugadores que vienen jugando hace rato dentro de la categoría, y algo importantísimo como lo que representa el nombre del club, la intención para este primer año será estabilizarse después de tantos años sin estar en primera. El club quiere ir de a poco, ser base ahora, y obviamente el objetivo principal de esto es ganarle a Flamengo (risas). No es fácil porque es el último campeón, el gran dominante de los últimos años, pero vamos a ponerle todas las ganas. Hoy se hizo un equipo que me parece que puede estar peleando de mitad de tabla para arriba.
- ¿Y cómo le vino al club todo lo vivido en estos meses para hoy proyectarse? ¿El ascenso era algo buscado por Vasco o llegó como algo más casual y circunstancial?
. No, esto fue totalmente buscado, de hecho por eso volvieron a hacer básquet y quisieron ascender. También por eso, cuando el equipo no estaba bien en la Liga Oro, intentaron los recambios que por suerte salieron bien porque el equipo se potenció, que fue cuando llegamos Márcio Dornelles y yo y pudimos ascender. Si bien ahora no se hizo el Dream Team, con las contrataciones de estos jugadores me parece que se están intentando hacer las cosas muy prolijas, sin tirar manteca al techo pero con el club dándole al básquet el lugar que tenía hace unos años atrás. Está siendo consciente, tratando de tener la misma identidad de aquella época donde ganó tantos títulos, con mucha inteligencia y trabajando con mucha garra.
- ¿Básicamente qué sucedió en ese bache que tuvo?
. Creo que pasó un caso similar al de River en Argentina. No solamente en básquet sino también en el fútbol, que está jugando el Brasileirao B. Hubo una dirigencia que hizo muy mal las cosas y como que fundieron al club. Ahora ya hace un tiempo que el presidente que está hoy, Eurico Miranda, arrancó a organizar el club. Ya se dieron resultados además de nuestro ascenso, como en el fútbol que salió campeón del torneo carioca cuando yo ya estaba acá y ahora está en los primeros lugares del Brasileirao B, y si todo sigue como parece van a jugar de nuevo la A; y a esto le agregan que volvieron a hacer básquet que tampoco estuvo exento cuando el club se vino abajo y lo habían quitado.
- Las similitudes Argentina-Brasil deben ser muchísimas en el sentido de importancia del básquet, siempre atrás del fútbol porque es el deporte primario, pero también con un valor tremendo desde cómo se vive.
. Sí, la gente en eso es bastante parecida. Acá coincidí en un club donde los hinchas son millones y millones, Vasco es un club muy popular. En Río de Janeiro tenés cuatro clubes populares, Vasco, Flamengo, Botafogo y Fluminense, la ciudad es gigante y algo muy lindo que tenés es que acá los hinchas son fanáticos de todo, algo que no pasa mucho en Argentina. Por ejemplo en mi caso, que soy hincha de Boca, sigo prácticamente el fútbol y si juega el básquet o el voley no le doy demasiada importancia. Acá no, acá en cualquier deporte que esté el Vasco tenés miles de hinchas siguiéndolo, fanáticos de verdad, enfermos (risas).
- ¿Y desde lo pasional?
. Es bastante parecido también, al menos para mí. Yo he jugado en lugares con muchísima hinchada también como Olimpia de Venado Tuerto donde en cada partido la gente llenaba la cancha, y ni hablar de Ciclista de Junín sobre todo con los clásicos. Que la gente te salude por las calles acá es algo lindo, está bueno, es una linda responsabilidad que te meten y acá pasa lo mismo. Por ahí te subís en un taxi y el taxista te empieza a hablar del Vasco o está enterado de todo. Ya te digo, son fanáticos en serio. Y lo que hemos vivido acá en las finales, con los estadios repletos y la gente cantando canciones, siendo incluso canciones argentinas con obviamente la letra en portugués, es algo que está muy bueno.
- A mí me pasó que cuando me enteré de tu fichaje en Brasil inmediatamente pensé que era un lugar que se acomodaba muy bien a tu estilo de juego. ¿Pasó tan así?
. Te puedo decir lo que me pasó particularmente a mí. Cuando llegué acá me sentí realmente feliz dentro del equipo, lo que me permitieron hacer, jugué suelto. Quizá es como vos decís, que esa comodidad y alegría sean parte de esa sintonía con mi juego, tirarla de lejos, asistir, controlar un poco el ritmo. Es posible que los bases que puedan llegar a hacer eso sean pocos en la Liga Oro, y que muchos que los que lo hacen no están ahí o directamente están jugando en la Liga A. Ese control del ritmo es la diferencia que hay entre los bases argentinos y los brasileños, y el poder hacer eso me parece que sirvió mucho para el equipo. Se dio así, tuve partidos realmente muy buenos y sinceramente se dio todo como si fuera un cuento porque se jugaba bien, el equipo ganaba, después se vino el ascenso y la renovación. Más que eso no puedo pedir.
- ¿Brasil te cambió mucho la cabeza?
. No tengas dudas, como experiencia de vida y todo, más en la situación en la que llegué acá. Venía de pasarla realmente mal en Argentina, no la estaba pasando bien, y cuando me cortan creí que se me terminaba el mundo, fue una sensación muy rara y dolorosa. Obviamente que hay cosas muchísimos peores, pero que a un deportista o jugador de básquet le pasen esas cosas e inmerecidamente creo que duele muchísimo. Entonces salió la oportunidad de venir acá, gracias a Gustavo Monella que también me consiguió esto. Cuando llegué no lo podía creer, tener un club así, en un estadio tan grande desde donde se puede el Cristo desde ahí, pensé '¿Qué estoy haciendo acá?'. Pensaba en cómo cambió todo tan rápido, porque pasé de estar una semana atrás sin querer salir de casa de lo mal que me sentía y lo avergonzado por el corte a estar en ese primer día en un club con tanta historia como Vasco. Realmente el venir acá, otro país, otra cultura, otro idioma, si bien tenemos muchas cosas en común como la calidez que puede tener un brasilero o la hospitalidad que me brindaron desde que llegué acá, creo que me hizo abrir mucho la cabeza. Más que nada como persona, desde el hecho de seguir creciendo como tal y desde lo deportivo también.
- Veo que Brasil tiene un significado importante para vos.
. Sí, porque desde que llegué acá empecé a ver las cosas de otra manera. Desde lo que es también adaptarme a otra cosa como el idioma ante necesidad de insertarme. Pasé a estar en casa durante momentos libres y poner videos para ver cómo se habla portugués o la misma fonética. También se me dio por estudiar mucho la historia de Brasil o las cosas que han pasado acá en el club, dónde quedan ciertos lugares y demás. Aprovechar, hay mucha gente que planifica estar acá y viene sea por vacaciones u otras cuestiones, y yo soy de esos afortunados que inesperadamente puede disfrutar esta ciudad trabajando de lo que más me gusta que es jugar al básquet. Es una linda oportunidad, una responsabilidad tremenda para mí jugar en la máxima categoría de Brasil y sé que no somos muchos los que hoy tenemos esa chance. Con lo complicado que está Argentina en el tema basquetbolístico, desde los lugares para jugar, creo que tengo bien ganado el lugar en el que estoy hoy y trato de aprovecharlo todos los días poniéndome objetivos a largo plazo. Me puede pasar a veces de tener un mal entrenamiento o partido, pero busco no frustrarme si eso sucede, lo tomo con calma para no trabarme y seguir creciendo en cualquier sentido, sea en lo basquetbolístico como también en lo personal.
- ¿Te ves en un par de años jugando en el Vasco todavía?
. La verdad es que no lo sé. Como te dije, pasé de estar tres semanas en mi casa sin saber qué podía pasar conmigo a pasar a jugar en Río de Janeiro, entonces uno no lo puede tener tan claro. Sí puede haber una visión de lo que se desea que ocurra, pero el destino no sé dónde me puede llegar a llevar. Hoy por hoy lo que estoy viviendo acá es muy bueno, ahora se viene otro tipo de desafío, con un equipo distinto y en otra competencia. No me disgustaría quedarme acá, sería lindo, pero también me quedó esa sensación de querer tener otra oportunidad en un equipo de Liga porque después de la buena temporada personal que tuve en Ciclista hace dos años me quedó un poco esa espina clavada.
- ¿Ahora en este último mercado te volvieron esas ganas de Liga o ya tenías bastante definida tu continuidad en el Vasco?
. No, apenas terminé acá la Liga Oro y ascendimos los dirigentes quisieron renovarme. En ese momento no tuve demasiado tiempo ni nada en el mercado, entonces aproveché el buen paso que había tenido y acepté la propuesta que me hicieron en el Vasco. La verdad es que ni lo dudé, porque me siento muy a gusto y me encariñé mucho con el club, los compañeros y toda la gente de acá de Brasil.
- ¿Ya te dijeron puntualmente el rol que vas a tener?
. Es un poco una incertidumbre, obviamente sé que el otro base es Nezinho y es alguien que tiene un recorrido importante, de nivel internacional te diría. Es alguien que integró seleccionados de Brasil, ha jugado de todo y es un tipo que sigue estando en un muy buen momento, realmente juega muy bien. Todo indica que voy a ser su suplente, un rol que creo que la última vez que lo tuve fue cuando tenía 21 años pero intentaré ayudar al equipo desde ese lugar lo más que pueda. Por ahí no estoy acostumbrado con los minutos, pero es cuestión de acostumbrarme y seguir trabajando. Voy a tratar de aprovechar este hecho nuevo para mí que es estar rodeado de jugadores de selección, el equipo tiene grandes nombres y trataré de inteligentemente adaptarme a eso.
- ¿En tu cabeza ya proyectás algunos duelos conociendo a otros bases de Brasil?
. Sí, pero más proyectarme me parece que todo pasa por adaptarme a esa idea. Me pasó el año que tuvimos con Ciclista en la Liga donde tuve la oportunidad de enfrentarme a varios jugadores que veía en la tele. Pasé de verlos en las transmisiones a estar en la cancha desde el salto inicial y compitiendo contra ellos, después se va haciendo cada vez más normal.
- Y el color de la gente debe ayudar.
. Seguro, porque por ejemplo el partido contra Flamengo se está esperando mucho y la verdad es que ahí sí se me cruzan esas cosas por la cabeza, ya me imagino esa cancha repleta. Va a ser un lindo desafío también. Me motiva mucho saber cómo va a ser eso, con las dos hinchadas cantando y uno jugando. Lo pienso solamente y ya se me pone la piel de gallina. Está claro que sueño con una buena actuación, ganándole al clásico rival, con toda la hinchada loca y por qué no metiendo una pepa de lejos para que la gente te cante. No lo dudes, me motiva mucho pensarlo.
- ¿Salvan el año con los clásicos?
. No sé si salvar el año, pero te aseguro que hay algo muy especial con ese cruce. Más que decir lo lindo que es volver a la elite están todos esperando tumbarlo a Flamengo, todos los hinchas desean eso. El slogan que tienen es que ellos temen que el Vasco, así que imaginate que es una mochila un poco pesada (risas). No va a ser una tarea fácil porque, si no es el que más lo hace, Flamengo es uno de los equipos que más invierte en jugadores en todo Brasil, dominó la liga los últimos años, sin olvidarnos que hace poco los tuvo a Walter (Herrmann) y (Nicolás) Laprovittola. Gastan un dinero importante, siempre tienen de los mejores equipos, pero vamos a tratar de darle pelea y regalarle un clásico a todo el Vasco. Creo que con eso podríamos devolverle el apoyo a toda la gente que nos sigue, a esos fanáticos enfermos que se merecen una alegría y la posibilidad de festejar. Incluso hay una canción que habla de cuando el Vasco le ganó una final a Flamengo, con Oscar Schmidt jugando en Flamengo, todos se acuerdan de eso. Ojalá nosotros podamos darle una alegría como esa a la gente, dejar alguna huella, sería hermoso seguir marcando historia acá.
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