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El tercer cuarto suele ser decisivo para los Warriors, ya que en ese lapso es en el que mayoritariamente sacan la diferencia y definen los partidos. Anoche, en el marco del Juego 5 ante los Pelicans, se volvió a dar esta tendencia, pero totalmente al extremo de que les metieron un parcial 36-19. La gran figura del partido fue Stephen Curry, como consecuencia de sus 28 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes. A su vez, estuvo bien secundado por los 24 puntos de Kevin Durant y los 23 de Klay Thompson, que tuvo un arranque especialmente encendido para que Golden State pudiera sacar nueve de ventaja en el primer parcial.

Pero en el segundo cuarto, New Orleans pudo igualar las acciones, a un punto tal que se fueron al entretiempo con una desventaja de tres puntos (56-59). Pero hasta ahí llegó la remontada, ya que en el complemento no pudieron aguantar el ritmo y llegar a perder por 26 puntos. Finalmente tuvieron un buen sprint final, en el marco de los minutos basura, para maquillar el marcador final, que fue 113-104. Pese a la derrota, volvió a haber una muy buena actuación de Jrue Holiday, quien culminó con un triple doble: 27 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes. Anthony Davis, como siempre, aportó lo suyo: 34 puntos y 19 rebotes. 

Los dueños de casa pudieron imponer su juego para llegar a la cuarta final del Oeste de manera consecutiva: robaron 10 pelotas, que se tradujeron en 24 puntos fáciles, así como también dominaron en los tableros (53-44 y 12-4 en cuanto a rebotes ofensivos). A partir de estos aspectos pudieron disimular una noche de mala efectividad en cuanto al triple, que solo llegó a un 26 por ciento (7/27). Ahora se vendrá un nuevo desafío para Steve Kerr y compañía, los Rockets de Chris Paul y James Harden, con ventaja de localía para los texanos. Una serie para alquilar balcones.