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La NBA es una Liga muy especial. Por un lado, es sumamente estricta con la cero libertad de los protagonistas para criticar a la propia organización o a los árbitros. Cualquier desliz genera automáticamente una multa que arranca en los 15.000 dólares y pasa rápidamente a 50.000 si se es reincidente. Mark Cuban, el dueño de los Mavs, llegó a pagar medio millón en una temporada.

Pero, por el otro lado, también es muy abierta y hace públicos los errores propios. Tiene una página web donde se informan los análisis que se hacen de los arbitrajes en los dos últimos minutos de los juegos, con los fallos, y si fueron correctos o no. 

En el caso del partido Boston-Toronto del miércoles, el clave juego 6, la resolución fue que hubo dos errores importantes, ambos contra los Celtics, y uno sobre todo que pudo haber definido el partido y la serie. Fue en el cierre del cuarto período, cuando Kemba Walker encaró el cesto con el partido igualado en 98 y falló el tiro con 3s5 en el reloj. Toronto terminó ganando 125-122 en doble suplementario, forzando el séptimo juego.

El fallo dice que hubo falta sobre Walker de Anunoby, que tocó el brazo de Walker, afectando su lanzamiento. Es difícil pronosticar, pero con un lanzador de libres como Walker y 3s5 en el reloj, es muy probable que el partido se hubiera definido. Pero no fue el único error.

Seguramente tuvo algo menos de incidencia, pero la NBA también publicó que en el primer suplementario, a 1m35s del cierre, con el resultado 104 iguales, Norman Powell caminó en la acción en la que le terminaron dando falta, y donde anotó los 2 libres que marcarían el 106-104 parcial. El suplementario terminó 106 iguales. Hoy viernes es el Juego 7, en una serie que quedará en el recuerdo por mucho tiempo.