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El básquetbol no era en la primera mitad del siglo XX lo que es ahora. Relativamente joven (había sido creado en 1891), venía de vivir en casi dos décadas algunos movimientos determinantes. Uno, la creación de la Federación Internacional de Básquetbol Amateur (FIBA), en 1932, en donde Argentina había sido uno de los 8 países fundadores junto con Checoslovaquia, Grecia, Italia, Lituania, Portugal, Rumania y Suiza. Dos, la llegada de Renato William Jones a la secretaría general del organismo recién creado. 

William Jones, aunque era británico, había nacido en Roma, Italia, tenía apenas 25 años en ese momento, y trabajaba en la UNESCO, en Munich. Además, tenía otro privilegio: había estudiado en Springfield con un profesor particular: James Naismith. Jones es, indudablemente, una de las 3 o 5 personas más influyentes en la historia del básquetbol mundial. Su energía convenció al COI de incluir al básquetbol en los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, luego de la baja de la Federación Internacional de Handball. La condición fue que Jones se encargara de supervisarlo. 

A partir de entonces, más allá de la tragedia de la segunda guerra mundial, que demoró el crecimiento de todo el deporte (recordemos que el fútbol había disputado apenas dos mundiales hasta ese momento), el básquetbol fue tomado en serio y en 1948, en Londres, tras el éxito y la popularización conseguida (jugaron 23 países ese torneo), se decidió armar el primer campeonato del mundo, impulsado por Jones, obviamente. 

Como era lógico, resultaba impensable que se realizara en la Europa destruida, del mismo modo que a los Estados Unidos no le interesaba. La Argentina era de alguna manera potencia, no se había involucrado en la guerra y estaba en un momento donde Juan Domingo Perón apoyaba mucho al deporte, por lo que no fue difícil que fuera elegida para ser sede. Además, era el centenario de la muerte de José de San Martín y eso daba la excusa para que todo cerrara perfecto. ¿Otro motivo? Oponerle un evento importante a Brasil, que organizaría ese mismo año el Mundial de fútbol. 

Los participantes se decidió que fueran 10: los medallistas de Londres (Estados Unidos, Francia y Brasil), el campeón de Europa (aunque no lo crean, era Egipto), los dos primeros de un clasificatorio europeo que se realizó en Niza, Francia, en enero de 1950 (Italia y España), el organizador (Argentina) y los tres mejor ubicados en el Sudamericano de 1949 (Uruguay, Chile y Perú; Brasil, 2º, ya estaba clasificado por su plate en Londres).

Los planes se trastocaron con la renuncia de Italia por problemas económicos (reemplazado por Yugoslavia, tercero en el clasificatorio de Niza), y también la de Uruguay, enemistado con el gobierno argentino por no permitir el gobierno argentino el ingreso de los periodistas radiales uruguayos acreditados. Fue reemplazado por Ecuador a último momento. En Uruguay había radios con programas de argentinos opositores a Perón, que de esa manera llegaban a los oídos argentinos. Perón le pidió a Uruguay que cesaran esas transmisiones y, como la respuesta fue negativa, le impidió el ingreso a los periodistas radiales, lo que provocó la renuncia de Uruguay. Ecuador fue invitado tan a último momento que a su primer partido contra Egipto los jugadores fueron directamente desde el aeropuerto de Ezeiza. 

El formato del torneo hoy sería imposible de entender: dos rondas preliminares (una con Perú y Yugoslavia y la otra con Egipto y Ecuador), cuyos ganadores (Perú y Egipto), pasaban a otra ronda preliminar con los seis países restantes. De ese grupo de 8, los 4 ganadores (Estados Unidos, Argentina, Brasil y Egipto), pasaron a una fase final y los perdedores a una especie de ronda reclasificatoria con los primeros perdedores (Yugoslavia y Ecuador). De ahí salieron dos equipos para la fase final de 6 (Chile y Francia), y los otros 4 jugaron la ronda consuelo. La fase final de 6 fue todos contra todos. Un chino. 

El Mundial comenzó el 22 de octubre y se jugó casi todo en el Luna Park (hubo partidos en La Plata, Rosario y también en River Plate). El primer partido fue Perú-Yugoslavia y el punto estreno de la historia de los mundiales le correspondió al yugoslavo Nebojsa Popovic, que además era el entrenador del equipo. Una paradoja, ya que Yugoslavia no ganó ningún partido y finalizó último. Perú ganó este juego 33-27. En Yugoslavia anotó 6 puntos un jugador más voluntarioso que talento, que también formaría parte del podio de hombres clave del básquetbol: Borislav Stankovic.  Yugoslavia terminaría último e Incluso puso de manifiesto algo que con las décadas se agigantaría: la guerra fría. No quiso jugar contra España porque el todopoderoso yugoslavo Mariscal Tito, que había quedado del lado socialista del mundo tras el reparto de poder posguerra, veía con malos ojos jugar contra el representativo del presidente Franco de España. 

Estados Unidos, como ocurrió hasta 1992, no utilizó a sus jugadores NBA y concurrió al torneo con un equipo de la empresa Denver Chevrolets (llamados Chevvies), que había finalizado tercero en la Liga NIBL (National Industrial Basketball League), que por entonces competía contra la NBA en jerarquía. El equipo tenía algunos buenos jugadores, que obviamente no estaban en la NBA, pero que tenían antecedentes positivos en el básquetbol universitario. 

La Argentina era dirigida por Jorge Canavesi, asistido por el gran Casimiro González Trilla, y con Jorge Boreau como preparador físico. Lo nombramos porque la preparación del equipo fue totalmente inusual para la época. Se concentraron dos meses en River Plate, tomando licencia varios de ellos en sus trabajos, ya que la mayoría tenía un empleo para poder vivir. Esos entrenamientos lograron generar una enorme mejoría en la parte física y, sobre todo, en los porcentajes de tiro, algo que siempre remarca el capitán de ese plantel, el negro Ricardo González. 

En ese esquema, Argentina hizo valer primero su gran preparación y, segundo, su localía. En el Luna metían casi 22.000 personas todas las noches. Arrancó venciendo a Francia en la ronda preliminar 56-40 (13 puntos de Ricardo González) y en la fase final tuvo su gran desafío en el primer juego contra Brasil, al que venció ajustadamente 40-35, en el que fue el partido con menos puntuación de Argentina en el Mundial. Oscar Furlong, a la postre mejor jugador del torneo, fue decisivo, anotando 15 de los 40 puntos argentinos. 

Luego llegaron triunfos claros contra Chile (62-41, con 15 de Ricardo González), 66-41 otra vez contra Francia (12 de Furlong), y 68-33 contra Egipto (15 de González), antes de la llamada final contra Estados Unidos, que en realidad no era tal ya que la disputa era todos contra todos. Estados Unidos había sufrido contra Chile (37-33), y también contra Egipto (34-33) y Brasil (45-42), pero llegaba con dos victorias holgadas: 44-29 a Chile y 48-33 a Francia. 

La final se jugó el 3 de noviembre a las 11 de la noche, con un Luna Park desbordado (25.000 personas y 203.160 pesos de recaudación), como se puede ver en las pocas imágenes en video disponibles. Argentina sacó una buena ventaja en la primera mitad, 34-24, con Furlong en su noche más espléndida, pero Estados Unidos achicó la diferencia para ponerse 40-37 abajo. Allí aparecieron las tres grandes figuras del campeón del mundo: Furlong (terminó con 20 puntos), González y Del Vecchio, al que pocos tenían visto y que, sin embargo, fue el revolucionario de esa noche, anotando 14 tantos. Estados Unidos perdió a 7 jugadores por cinco faltas y terminó jugando los últimos 90 segundos con 4 jugadores en cancha. Argentina terminó ganando 64-50 y el festejo se hizo interminable. Oscar Furlong quedaría como el mejor jugador del torneo.

El equipo se fue en colectivo por la Avenida Corrientes, que en ese entonces circulaba al revés de como está ahora, y como ya era tardísimo, la gente que salía de los teatros y cenaba en los restaurantes de la zona, había comprado los periódicos del día, homenajeó a los flamantes campeones prendiendo fuego esos diarios, generando un comentario que quedaría en la historia como "La noche de las antorchas". El equipo volvió a la concentración en River acompañado por cientos de personas y festejó en el histórico restaurante El Tropezón, de Callao 248. Allí tuvieron una visita sorpresa: el propio Juan Domingo Perón. "Nos felicitió y nos dijo que habíamos hecho por el país más que 100 embajadores”, recordaría luego el Negro González. 

El MVP del campeonato fue el argentino Oscar Furlong, mientras que el quinteto ideal lo conformaron Furlong, su compañero de equipo Ricardo González, el norteamericano John Stanich, el español Álvaro Salvadores (goleador del Mundial) y el chileno Rufino Bernedo.  

Plantel y estadísticas de Argentina

Estadísticas Mundial Argentina 1950