Dejó la tranquilidad de su hogar para guiar y acompañar a Anzorena en un momento difícil. Los resultados no eran los esperados y las lesiones complicaban todo. Unos simples llamados de sus compañeros bastaron para que Jorge Sanchez, que hacía seis meses se había retirado con la número doce en su espalda y el escudo de del “Rojo” adelante, regresara.
El amor de los colores pudo más y así Jorge emprendió viaje y al día siguiente se puso a disposición del entrenador Suarez. El simpatizante volvió a tener un motivo para sonreír. Ahora con la temporada en receso, dialogamos con él sobre esta vuelta.
- El primer partido que volviste, con San José, la gente coreó tu nombre. ¿El amor por eso fue más grande que tu decisión del retiro?
- Me fui con estos colores muy adentro y con mucha relación de amigos. Estaba en La Pampa sin hacer nada, mirando de reojo lo que sucedía con el equipo y luego de recibir el llamado, me vine. Quería dar una mano. Estoy todavía en un proceso de volver a ponerme bien. Es difícil ponerse al tono igual que los chicos. Voy a seguir ahora durante el receso para no perder ritmo.
- No era fácil ver a quienes fueron tus excompañeros en esta situación…
- Pasé muchos años con ellos y los vi crecer. Y cuando estaba allá y veía que perdían o estaban mal, me partía el alma. Quería estar acá acompañándolos. Vamos a salir de esta situación. Son chicos jóvenes que todavía tienen mucho para aprender. Nosotros los más grandes nos tenemos que acoplar a las energías de ellos.
- ¿Qué respuesta recibiste de tu mujer cuando planteaste regresar? ¿Lo pensaste mucho?
- Lo conversé porque acá me tenía que venir solo. Con respecto a los sentimientos no había duda pero necesitaba acomodar todo para que no fuera un caos mi familia. Al ponernos de acuerdo, ya tenía el sí y me vine. Ellos están contenidos con la familia de mi señora.
- ¿Te costó la vuelta a la actividad?
- Estaba alejado del básquet y la última pelota que había tocado fue en la Federación de Box, el día que salimos campeones. Las ganas son mucho más grandes que las limitaciones que se me están dando. Tengo 39 años, el mes que viene cumplo 40 y considero que todavía puedo seguir aprendiendo cosas.
- ¿Cómo te vas sintiendo?
- Se nota mucho desde el día que llegué hasta ahora el progreso. Lo malo es que hemos tenido muchos partidos y no he podido trabajar bien como hubiera querido. De todas formas David (Suarez) me manejó bien los tiempos.
- Una de las tantas complicaciones que venían teniendo y también por el motivo por el cual regresaste, fueron las lesiones. ¿Qué hablaste con los chicos en este semestre que tanto los golpeó?
- Las lesiones son parte del juego, no hay que dramatizar tanto. Hemos tenido la mala suerte de que fueran largas en el tiempo. El jugar el básquet es un roce constante. Hay que jugar y estar preparado fuertes.
-¿Estás descansando ahora?
- Si estoy aprovechando para estar con mis hijos y mi mujer, descansando y manteniendo el contacto con los chicos por mensaje. Quiero volver con muchas energías.