TNA 2014/15

Instituto y las claves de un ascenso histórico

05:09 09/05/2015 | El conjunto cordobés logró el ascenso a la máxima categoría del básquetbol argentino desplegando un brillante juego colectivo. Las claves.

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Habla Osvaldo Arduch y el plantel lo escucha con atención. En la unidad estuvo una de las claves del ascenso (Foto: ligateunafoto.com).
Pocas veces un equipo demostró la superioridad que logró Instituto en la presente edición del TNA. El conjunto de Alta Córdoba dominó a sus rivales desde principios de temporada con un equipo unido fuera de la cancha, mientras que dentro de la misma se mostró sólido, compacto y consustanciado con la propuesta del cuerpo técnico.
 
Los dirigentes encabazados por Mario Cavagliatto y Juan Manuel Cavagliatto cumplieron un papel preponderante, porque desde que se hicieron cargo del básquetbol del club cordobés buscaron que los integrantes del plantel solo se preocupasen en jugar y en dar lo mejor de si. En una institución convulsionada, el área de la pelota anaranjada pasó a ser una isla, que se fortaleció en conjunto para llegar a una meta que hace dos años parecía como inalcanzable.
 
A la coronación en la Liga Cordobesa (2010/11) con Mauro Felauto como DT, que le permitió a Instituto jugar la primera edición del Torneo Federal (2011/12), le siguió la posibilidad de jugar el TNA mediante la compra de una de las plazas disponibles. Todo fue meteórico, en la segunda categoría (2012/13) fue remando de atrás y estuvo a punto de dar una sorpresa mayúscula, pero cayó ante Ciclista Juninense y tuvo que derimir el segundo ascenso ante los correntinos de San Martín, donde una vez más volvió a perder y a resignar su regreso a la Liga.
 
La llegada de Osvaldo Arduh fue la piedra angular para encauzar el rumbo. El técnico se hizo cargo de Instituto a mitad de la temporada anterior, en la que generó la recuperación y lo posicionó al punto de encadenar una racha de resultados que lo dejó muy cerca de la Liga A. Este año fue distinto, el albirrojo se armó a partir de los nombres que solicitó el entrenador, siempre con un objetivo muy claro, volver a jugar la LNB, algo que no sucedía desde 1986, cuando perdió la categoría ante Caja Popular (Tucumán) en tres partidos.
 
Sin embargo los resultados no fueron inmediatos, Instituto cayó en su debut en Morteros ante el debutante Tiro Federal (74-81), y dos fechas después perdió ante San Isidro (66-76) en condición de local. Para colmo, en su excursión por San Francisco volvió a caer ante los Halcones Rojos (66-70). Era cuestión de lograr el ajuste, de encajar las piezas y conseguir la química en un plantel renovado en relación al año anterior.
 
La Gloria recién explotó en la Segunda Fase, primero con dos victorias en suelo chaqueño, a las que le siguieron tres éxitos seguidos en el Angel Sandrín. A medida que fue avanzando la competencia, Instituto adoptó una fuerte personalidad, y se fue mostrando como un equipo intenso en defensa, solidario en todos los sectores, letal en ataque, con gran variedad de recursos, y con un banco lleno de respuestas.
 
Con esos argumentos, los de Arduh estamparon una racha de 17 triunfos seguidos, igualando el récord que ostentaba San Martín de Corrientes desde la temporada 2012/13. Fue Tiro Federal el que frenó en seco a los cordobeses, con un 70-63 que les propinó en Morteros. Fue el momento donde Instituto levantó el pie del acelerador, algo lógico en una campaña tan larga y en un torneo tan exigente; sin embargo cerró la Fase con el mejor récord de la División Norte y de la Tabla General, y se clasificó para definir el ganador de la Serie Regular del TNA contra el mejor equipo de la División Sur.
 
Instituto reafirmó ante 9 de Julio la condición de favorito con dos marcadores y actuaciones convincentes: 71-65 en Río Tercero, remontando un mal inicio, y 64-58 en Córdoba. Esos resultados le dieron a los de la Docta la chance de pelear por un segundo ascenso en el caso de quedar eliminados durante los playoffs.
 
No hizo falta, Instituto barrió a todos los rivales que se le cruzaron en el camino. La Gloria despachó primero a La Unión de Colón (99-79, 87-81 y 86-78), luego le siguió Estudiantes de Olavarría (76-71, 80-55 y 80-69), y finalmente le tocó el turno a Ferro Carril Oeste (65-60, 82-58 y 88-87). Tras la última derrota sufrida en Santa Fe ante Unión (73-77), los cordobeses clavaron 14 triunfos consecutivos (si vuelven a pasar la escoba en la final, igualaran la marca histórica compartida con los correntinos).
 
Los números hablan por si mismos. De 45 partidos jugados, Instituto ganó 38 y apenas perdió 7, con un porcentaje de efectividad que llega al 84.4%, uno de los más altos de la historia de la competencia, y eso que aún falta contemplar la serie por el título de la categoría. En el Angel Sandrín se mostró casi imbatible, con una única derrota (la mencionada ante San Isidro).
 
En cuantos a los nombres, Pablo Bruna ocupó un lugar especial, como referente y líder dentro de la cancha. El rendimiento del base, que se encuentra en el mejor momento de su carrera, es uno de los argumentos para explicar esta campaña. Como organizador de juego supo darle al equipo el orden que necesitaba, y como goleador se encargó de abrir las defensas cuando se hizo necesario apelar a ese recurso, ya sea con su tiro externo o con rompimientos de la primera línea rival.
 
Scott Cutley coronó en el último partido una temporada altamente positiva, siendo la principal vía de gol de los cordobeses. Federico Mansilla fue uno de los jugadores más regulares del plantel, y el máximo triplero del equipo. Emiliano Martina fue "rescatado" del proceso anterior, y en éste tuvo la confianza que necesitaba para convertirse en uno de los jugadores más rendidores, siendo clave su trabajo en la zona de la pintura.
 
Lucas Arn fue una apuesta brillante, porque el jugador nacido en Chivilcoy le dio puntos e intensidad al equipo, tanto que a pesar de salir desde el banco se convirtió en el tercer goleador albirrojo. Juan Kelly fue uno de los hombres solicitados por el técnico, y a pesar de la lesión que sufrió, demostró su categoría, aportó su cuota goleadora y una lectura de juego poco habitual en un escolta.
 
Las incorporaciones de mitad de temporada terminaron por fortalecer a Instituto. Germán Sciutto fue otra alternativa en ataque, además de la defensa y la experiencia que le aportó al grupo; mientras Santiago González fortaleció el juego interior. Finalmente, Matías Aristu (reemplazó muy bien a Kelly cuando se lesionó), Martín Cabrera (osado y con alta efectividad perimetral) y Nicolás Zurschmitten (revolucionario en la base) dieron descanso a sus compañeros sin afectar el rendimiento del equipo.
 
La llegada de Facundo Sucatzky al cuerpo técnico permitió profundizar varios aspectos del juego. El ex base aportó una mirada diferente al coach principal, al mismo tiempo que trabajó en los fundamentos y en la motivación de los jugadores. La decisión de Arduh en convocarlo para que se sume al equipo demostró otro acierto del entrenador.
 
Instituto fue el mejor equipo de la temporada, y si bien aún le falta la consagración en la final, ya puede disfrutar del ansiado y merecido ascenso. Lo ganó a partir de una defensa implacable, el juego de conjunto, un ataque fino y aceitado, mucha disciplina y la convicción de un grupo de jugadores que supo captar el mensaje del técnico. La intensidad y el trabajo diario hicieron el resto, porque todos asumieron el compromiso, además de soportar la presión que significó tener colgada la chapa de candidato a medida que fue avanzando el torneo.
 
Es un premio justo y un ascenso merecido... al postre solo le falta la frutilla, darle a Córdoba el primer título en la historia del TNA, pero si Instituto no llega a lograrlo, no habrá reclamos para un grupo de hombres que le devolvió la gloria al club.
 
Roberto Martín
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @robertofmartin

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