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Intentaremos hacer de esta nota de análisis y opinión algo que no se convierta en interminable, aunque corre riesgo de ello. Para eso, iremos al grano partiendo de este punto. Como pocas veces antes, salvo quizá con la derrota ante Dominicana en el 2023, se vio en las redes sociales una enorme agresividad y mala energía con el equipo argentino y la Confederación tras la derrota de anoche ante Venezuela. 

La derrota

Argentina claramente jugó mal, con atenuantes que indicaremos, pero sin poder nunca adaptarse al juego físico de Venezuela, esperable. De hecho, los locales eligieron una cancha pequeña, para usar todo los factores posibles a favor, de mucha presión y seleccionaron todos los veteranos disponibles: Vargas, Cubillán, Graterol, Ruiz, etc. Y por lesión no pudieron estar Carrera ni Colmenares. Indiscutible estrategia. 

Argentina se quedó sin Bolmaro y Vildoza en la semana previa por lesión, más Deck y Lapro, ausentes ya de antes. De los 12 que presentó en el partido, 6 viajaron desde Europa el lunes 17 durante casi 11 horas (más el viaje interno) otro lo hizo un poco después (Campazzo) y los demás fueron desde Argentina, casi en la mitad del tiempo. De los de Europa, Marcos y Fernández venían con 8 días sin jugar, mientras que los 4 de la FEB habían jugado el día anterior al viaje, igual que Campazzo (perdió final de la Copa del Rey, 3 partidos en 4 días). Brussino perdió en semis de la Copa (2 partidos en 3 días). Los de la Liga habían jugado todos el 14/2 su último juego y también viajaron el 17.

¿Es una excusa? No, un dato. Argentina es el único equipo del mundo que tiene como mínimo la mitad de su equipo a 10 horas de viaje de una Ventana. Pero saquemos esto. Jugó mal no solo por cansancio. No pudo equiparar el roce físico al límite del local, no pudo generar nada desde el juego interior, salvo al comienzo con Delía, perdió infinidad de pelotas, muchas no forzadas, y tuvo un bajísimo porcentaje en triples, algo esperable al no tener tiradores sólidos en el equipo. Menos ante defensas como la venezolana. No queremos hablar dos horas del partido porque si no no iremos a ningún lado. ¿Dirigió mal Casalánguida? Seguramente cometió errores, como los jugadores. Nada especial. ¿Jugó bien Campazzo? No, de sus juegos más flojos con la selección. Facundo no debió venir a esta Ventana, por 3 razones centrales (nacimiento de su hija, Copa del Rey y partido vs Barcelona el 27/2 vital para el Madrid en la Euroliga), pero vino por su compromiso con el equipo. Si se lo quiere matar por eso, allá cada uno. 

La mala energía

Desde que Básquet Plus existe, siempre trabajó para ayudar a la actividad. Buscando siempre acercar posiciones, promover la discusión de ideas constructivas e intentando generar un ambiente de energía positiva. Lamentablemente nos hemos acostumbrado hace ya bastante a que eso es cada vez más difícil en la era de las redes sociales. Lo diremos claramente: las redes sociales arruinan mucho más de lo que construyen. Entonces anoche llovieron críticas, insultos, pedidos de renuncia, revelaciones mágicas de soluciones certeras, tremendismo argento al por mayor y bla bla bla. Algunos respondimos, aunque no es nuestro estilo, porque sinceramente nos hartamos y queríamos bajar los decibeles, porque esto es como cuando empieza una discusión familiar por una estupidez y luego termina en tragedia. Hay que pararla. Con las redes no se puede. Es imposible. Entonces todos opinan lo que se les ocurre, en general sin ningún sustento sólido, solo con el objetivo o placer que debe darles plantear un escenario catastrófico sin ningún riesgo a cambio. Total, pase lo que pase, a ellos nada les cambiará. Y ojo, entendemos 100% la calentura que da para un hincha perder un partido así, como el de Chile en la primera ventana o, mucho más importante, como el de Dominicana en el 2023 o el de Bahamas el año pasado. 

Nosotros, como medio, necesitamos meter reflexión y analizar ciertas cosas. Una importante es que sospechamos que buena parte de los que opinan en redes son jóvenes (-30, digamos) que nacieron y se criaron con Argentina potencia, medallas, protagonismo y demás. Lo tomaron como algo natural. A ellos, les decimos: no, no era natural. Y no ocurrió por una planificación fantástica de las organizaciones del básquet argentino (salvo la creación de la Liga Nacional, que fue idea de un entrenador, no de la Confederación), sino por una tormenta perfecta, irrepetible. Y no somos potencia. Fuimos durante casi 20 años protagonistas. 

Segunda reflexión. La más obvia. El sistema de ventanas FIBA favorece al básquet mundial pero no a la Argentina. No tener a varios jugadores en algunas ventanas por estar en Euroliga perjudica mucho (no es este caso, ya que la que ellos no estuvieron se ganaron los 2 partidos), nuestras selecciones, al no tener el talento de antes, necesitan un entrenamiento que no pueden tener (es viajar, llegar, entrenar dos veces y jugar) y lo que decíamos de ser el único país del mundo que más de la mitad de su equipo necesita viajar al menos 10 horas para ir a un partido. 

Tercera reflexión, quizá la más polémica. El entrenador. Vamos primero a la pregunta de todos. ¿Nos gusta cómo está este tema? No, no nos gusta. Y ojo, creemos que Pablo Prigioni debe ser el coach. Lo que también creemos, y lo dijimos hace ya años, es que si no está Pablo, el DT siempre tiene que ser el mismo, y uno que sea full time. Y esto no habla ni de Casalánguida ni de Mándole, en absoluto. Dos excelentes profesionales. Esto es un tema de orden, de prolijidad, de imagen hacia afuera y hacia adentro. Pensamos convencidos de que se necesita (y hay gente para eso), un asistente full time, con su cabeza solo puesta en la selección (como no puede hacerlo Prigioni), y que esté atrás siempre del seguimiento de los jugadores, de las preparaciones, de los rendimientos de los chicos en Europa. Lo ideal sería que esa misma persona maneje o sea el nexo para el plan en formativas. Porque, lo mismo, se necesitan horas hombre en ese trabajo. Y si bien sabemos que esto cuesta plata, quizá no sea tanta. Porque finalmente cada ventana cuesta más de 50.000 dólares en pasajes en ejecutiva de los jugadores de Europa. Y el campus de mitad de año en Alicante tampoco fue gratis. Algo de recursos hay. Y si no, habrá que romperse la cabeza para ver cómo se los genera. Pero en eso sí compartimos el enojo de mucha gente con el hecho de que en los últimos 6 años haya habido tantos entrenadores distintos, cuando antes eso no ocurría: Hernández, Piccato, Néstor García, Prigioni, Ramella, Mándole y Casalánguida. 

Relacionado a esto y al sistema de juego, también muy criticado, ya desde la final contra Bahamas en el Repechaje Olímpico Argentina modificó bastante su fórmula en el tema de los tiros a distancia, de la velocidad, etc. Ayer Argentina jugó a un score bajo, erró muchos triples porque no tuvo tiradores certeros, pero no era precisamente eso lo que quería. Lo que pasa es que nunca pudo dominar físicamente y le cerraron todos los caminos a las penetraciones y rompimientos desde el pick and roll, terminando el equipo sin lucidez. 

Volviendo a la energía, para nosotros, exageradamente negativa de los opinólogos de redes sociales, sobre todo los que solo buscan solamente provocar y descargarse, sin pensar demasiado en las circunstancias y contextos. Nadie dice que no se pueda criticar al equipo por cómo juega, pero de ahí a pedir renuncias de entrenadores, que ciertos jugadores no vayan más y ese estilo de posteos, no aportan absolutamente nada. De hecho, jamás tomaremos a las redes como el termómetro real de lo que ocurre. 

Pasado y futuro

Dicho todo esto, quizá largo, el análisis que hacemos a futuro tiene varios puntos. Primero, desde el 2021 para acá, cuando se jugaron las segundas ventanas de la historia para Mundiales, cambiaron muchas cosas. Una grande, no está más Luis Scola. Y Scola ordenaba mucho. Además de estar, porque al jugar en China, en las ventanas para el Mundial 2019 estuvo en 9 de los 12 partidos, con Argentina clasificada a Beijing antes de la última ventana. Un núcleo duro que lo incluyó a él, Lapro, Delía, Saiz, Redivo, Brussino y Fjellerup. Y Campazzo en partidos clave. Fue otra historia. Todo es otra historia post Scola. 

Ahora hay que pensar en Catar 2027, que empieza a jugarse en noviembre de este año, con la primera ventana. Antes habrá una Americup en agosto. ¿Qué conviene hacer? Nosotros creemos que Nicaragua servirá para ir con un equipo que tenga como destino las ventanas de ese Mundial. Los que la puedan jugar regularmente. La base de esos 12 partidos. Después, agregar a Campazzo, Lapro, Deck, Bolmaro y Vildoza no será tan difícil cuando puedan estar. Incluso Brussino. Pero creemos que lo más aconsejable es que allí estén los Juan Fernández, Marcos, Corbalán, Caffaro, Lugarini, Pepe Vildoza, Aaliya, Negrete, Bressan, etc. Quizá mechado con algunos más veteranos que puedan ayudarlos a acomodarse. Eso no implica que los veteranos no tengan un campus o que incluso puedan entrenarse todos juntos en Europa. 

Nada va a ser fácil de ahora en más. Porque ya no siquiera es que los jugadores están en Europa, sino que muchos no pasan por la Liga, con lo cual se los conoce poco. Quizá incluso en ese campus ya se pueda meter a la generación siguiente, la de Kropp, Minzer y Prato, que pinta bien. El ordenamiento y un buen plan, algo que en Argentina no es habitual, es fundamental ahora, en época de vacas flacas. No hay que deprimirse más pensando en lo que fuimos, sino poner todo el esfuerzo y la energía en intentar volver a competir. No a ganar. Si ponemos la expectativa demasiado alta, como está ocurriendo ahora con muchos de los que opinan, la frustración será inevitable. 

Fabián García / [email protected]
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