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Por su calidad y oficio, Michael Hicks fue una rueda de auxilio inmejorable para la adversidad que sufrió San Martín ante la lesión de Leonardo Mainoldi, ni más ni menos que en la previa al inicio de los playoffs. El panameño terminó jugando 16 partidos en el equipo correntino, todos ellos de postemporada, en los que promedió 11.1 puntos, 4.1 rebotes, 1.1 asistencias y 27.2 minutos en cancha. Pero el cuerpo técnico prefirió prescindir de sus servicios para lo que queda de las Finales.

Según nos explicó Sebastián González, la decisiónn fue muy fina debido a todo lo que brindó Hicks, tanto dentro como fuera de la cancha. Pero con la vuelta de Coco, es verdad que San Martín recuperó a uno de sus referentes y pudo abrir un poco más la cancha, para lastimar desde ese aumento en los espacios. Coco tuvo un buen rendimiento en su regreso, en el que además San Martín le ganó 91-74 a San Lorenzo e igualó la serie.

En el entretiempo del partido, todo el estadio ovacionó a Michael Hicks, en una grata muestra de agradecimiento a todo lo que aportó para que el equipo haya llegado a donde está hoy. Luego del triunfo, charlamos con Sebastián González sobre los detalles del cambio y nos comentó un detalle fantástico que se dio en el vestuario: "Que haya estado hoy con nosotros y que recién en el vestuario nos haya pedido el campeonato y que vayamos allá a golpear, son gestos que demuestran quién es Michael Hicks. Me emocionan los jugadores así, los que ponen el físico. Aparte de jugar lo que juega, es un excelente líder. Lo tuvimos poco tiempo, pero colaboró desde donde pudo para tratar de mejorar al equipo y lo hizo. Lo trajimos para ganar seis partidos y con él ganamos diez. Que en el vestuario nos haya pedido ir allá a golpear y que el equipo lo haya saludado, costó también".