Fidel Castro y el picado contra España que también fue revolución
16:12 28/07/2020 | El expresidente de Cuba fue un amante del básquet. En una ocasión se animó a jugar un partido contra dos integrantes de esa selección.
“¿Qué te parece jugar un dos contra dos con alguien especial?”, le dijo el entrenador de Cuba, Carmelo Ortega, a su homónimo de España, Antonio Díaz Miguel. Ante el aval del segundo todo se puso en marcha. Era 1974 y la selección europea estaba preparándose para el Mundial de Puerto Rico de ese año.
¿Y el involucrado? No era otro que Fidel Castro, quien era el presidente de Cuba en ese entonces. Resulta que en camino al torneo el equipo español se detuvo en la isla latina para realizar algunas prácticas y, obviamente, el primer mandatario del lugar se hizo presente. No fue todo mera cordialidad y se animó a disputar un acalorado picado con dos de los jugadores de aquel seleccionado.
“Castro pegaba mucho, pero también recibía golpes y no decía nada”, le contó Tomás Herrera, uno de los jugadores históricos de Cuba, a la página oficial de la Federación Española de Básquet (FEB). El resultado exacto de aquel amistoso nunca se supo y tampoco se pudieron rescatar fotografías. Sin embargo, aquel relato se mantiene en los ojos de aquellos que lo presenciaron.
También hay que agregar que se dio en la mejor época del básquet en el país, con torneos interbarriales e interescolares, viajes kilométricos a Europa del Este y largas giras que nunca se detenían. Un triunfo a Estados Unidos en los Juegos Panamericanos de Cali 1971 y un bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, en donde le ganaron nada más y nada menos que a la Italia de Dino Meneghin y Pierluigi Marzorati, fueron algunas de las grandes prestaciones del conjunto cubano en aquel lapso.
Entrenamientos en la arena, en las pistas de atletismo y en la cancha eran los tres factores que les permitían ser competitivos. Además, el plus de la participación de Castro. “Fidel jugaba con nosotros en el Coliseo de la Ciudad Deportiva esos partidos nocturnos que tanto le gustaban”, recordó Herrera en una nota que le concedió a CiberCuba.
En aquel Mundial de 1974 los cubanos terminaron en el cuarto puesto, una posición arriba de los españoles, con un récord de cinco victorias y cuatro derrotas. Se dieron el lujo de vencer a Checoslovaquia (61-60), Australia (92-79), Canadá (80-79), España (84-75) y Brasil (85-80), pero perdieron ante Estados Unidos (70-83), Unión Soviética (66-83) y Yugoslavia (83-101).
Por otro lado, Castro continuó jugando con regularidad en privado y cuando los visitaban diferentes líderes de otros países. Se retiró de las pistas en 1982, a la edad de 56 años, después de romperse un dedo del pie representando a Cuba en uno de esos picados duros y físicos que tanto le gustaban.
La pasión por los deportes del revolucionario quedó marcada. Aquel cuarto puesto fue épico e histórico y hasta el día de hoy significa la mejor clasificación del país en un Mundial de básquet. “Ayer llamó Fidel”, les decía Ortega antes de cada partido. No necesitaban más nada. La situación estaba entregada.
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