El primer argentino campeón de la NBA
11:12 15/06/2020 | Hace exactamente 17 años, Manu Ginóbili levantó el trofeo Larry O'Brien por primera vez en su carrera. Un logro que quedará para siempre en la historia.
Hay momentos en los que el tiempo se detiene. Curiosamente, puede afectar a una persona y su tierra pero pasar inadvertido en la vida de otros que no están marcados a fuego por ese hecho. Sin embargo, quienes verdaderamente lo sienten saben que existirán muy pocas ocasiones en la que todo será tan claro. Situaciones que abren puertas para siempre, que moldean leyendas y se enmarcan por sí solas. El deporte suele regalarlas. Y, un 15 de junio pero de 2003, el básquet le dio a la Argentina uno de esos hitos: la consagración del primer jugador nacional en la NBA, que no podía ser otro más que Manu Ginóbili.
Ocurrió durante las Finales de 2003 entre sus San Antonio Spurs y New Jersey Nets. El bahiense había arribado a la NBA esa misma temporada, así que todo parecía soñado. La franquicia texana era una de las más competitivas de la competencia, pero los últimos tres títulos habían sido monopolizados por Los Ángeles Lakers y estos eran los claros favoritos. Sin embargo, los dirigidos por Gregg Popovich lograron superarlos en las Semifinales de Conferencia Oeste y agrandar sus chances de levantar por segunda vez el trofeo Larry O'Brien.
Ginóbili disputó un total de 69 partidos en la etapa regular y fue productivo, pero sus números mejoraron considerablemente en los playoffs: de 20,4 minutos por partido a 27,5, de 7,6 puntos a 9,4, de 2 asistencias a 2,9 y de 2,3 rebotes a 3,8. En lo que respecta a la serie decisiva contra los Nets, promedió 8,7 tantos, 4,5 recobres, 2 asistencias y 2,2 robos por encuentro. En el sexto y definitorio, aportó 11 unidades y 7 rebotes para que los Spurs vencieran por 88-77.
Tim Duncan fue el MVP Finals y San Antonio edificó una reputación de equipo dominante en torno a su figura, pero encontró en un joven que venía de Italia y en Tony Parker, el base francés que también gritaba campeón en la liga por primera vez, a las dos piezas que le faltaba para completar la dinastía. Fue el inicio triunfal de un Big Three que marcó un antes y un después y, cómo no, la presentación del rebelde con la 20 en la espalda que puso a su país en el libro dorado de la NBA.
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