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El 2 de febrero, hace un mes, se produjo el trade más importante de este siglo (Luka Doncic a los Lakers, Anthony Davis a los Mavericks) y analizamos su efecto inicial. El primer resumen indica que los Lakers ganaron 6 de los 8 partidos en los que estuvo el esloveno (75% de triunfos), un balance bastante superior al que tuvieron hasta su llegada (62%). Pero la cuestión va más allá de eso. En cuanto a Dallas, que venía con un 52% hasta el arribo de Davis y cía, no cambió tanto (6-5, 55%), aunque hay trampa, porque de esos 11 solo 1 jugó Davis. Igual, profundizaremos en eso también. 

Hablemos primero de los Lakers. Si nos apartamos un poco de lo deportivo, y como observadores externos que no estamos en la intimidad de un equipo NBA, describiríamos el efecto Luka como un enorme golpe motivacional: al plantel, al coach, a la ciudad y a la NBA. De ser un equipo al que nadie ponía con chances de algo este año, pasó a ser uno considerado Top 3 para jugar las finales por el Oeste. 

¿Hay un elemento deportivo real para que hayan subido sus acciones? Es cierto que Luka levantó su producción en los últimos partidos, pero la verdad es que los Lakers ya estaban en buena racha sin él (habían ganado 9 de los 10 partidos previos). Cinco de ellos sin Anthony Davis tampoco. Pero no se lo veía sólido como para aguantar todo el año con ese equipo. Estaba semi planchado. Luka despertó todo.

Es cierto que genera mucho más juego este plantel que el anterior, que varios jugadores tienen ahora un espacio que no tenían, y que entre varios disimular a Davis (sobre todo Hayes, Vanderbilt y Hachimura), y que los perimetrales hicieron el hueco para que entre Luka, pero lo principal parece ser era extra motivación. Venía creciendo, sí, pero lo de Doncic lo agigantó. Es increíble lo de LeBron: desde que cumplió 40 el 30 de diciembre no bajó de 18 puntos y promedia 26.5, casi 2 más que su media de la temporada.

Sabe que puede ser la última vez que llegue a una final. Y en un Oeste convulsionado, quizá saquen diferencia por ese extra que casi nadie tiene, salvo Denver y Golden State: las jinetas con las que afrontar playoffs. No consiguieron al pivote que querían, pero por ahora lo pueden manejar. En la postemporada quizá sea otra historia, pero como decimos siempre, un equipo con LeBron (ahora + Luka), jamás puede ser descartado.

Lo de Dallas es totalmente distinto, aunque no muestra en su rendimiento el bajón que muchos podrían haber esperado por la salida de Doncic. El tema es que ese hueco no lo llenó con Davis sino con el gran tapado del canje, Max Christie, que aunque tuvo en los Lakers, con el correr de la temporada, más participación, nada que ver con la que tiene ahora en Dallas. Es el que tomó el espacio del esloveno y salió como gran beneficiado. Promedia 14.5 puntos (8.5 en los Lakers), con casi 33 minutos (8 más que en LA), 44% en triples, 4.2 rebotes, 3.5 asistencias. 

La pregunta que se hacen todos es, ¿y cuando se agregue Davis qué pasará? ¿Puede este equipo anotarse también para aspirar a las finales? Nadie sabe bien todavía cuándo volverá La Ceja, y tampoco los otros internos lesionados (Lively, Gafford), que serán reevaluados esta semana. Sin ellos, igual tienen mejor récord que con Luka en el equipo. ¿Es lineal? Probablemente no, pero tienen un calendario bastante amigable hasta el final de la regular. 

A diferencia de los Lakers, aquí el lugar de Doncic se sabía que tenía cómo disimularo entre Irving, Dinwiddie, Thompson, Marshall y Exum, la gran revelación tras perderse casi el tiempo que estuvo Doncic este año en el equipo por una lesión de muñeca. Volvió cuando se fue Luka y está teniendo probablemente su mejor año en la NBA. A eso agreguemos lo de Christie. Y que Irving asumió con confianza la cinta de capitán. La clave serán los lesionados. Si los grandes vuelven bien, ojo con ellos. 

En definitiva, a un mes del trade, al menos por este año, parece que los dos salieron ganando. Sí creemos que el efecto grande se verá con el tiempo, con los años, y dependerá de cómo evolucione Davis con sus lesiones (también hasta dónde crezca Christie), cómo gasten el dinero que se ahorraron con Luka en Dallas y, en los Lakers, si los problemas que Harrison dio a entender que le hicieron desprenderse de Doncic eran tan reales que hagan que su carrera ya haya tocado techo y vaya de acá en más para abajo.