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Probablemente cualquier seguidor de la NBA, que además sea activo en Twitter, haya escuchado hablar alguna vez del enigmático Haralabos Voulgaris, o como es conocido dentro de la red social, Haralabob. Pero para quienes no, vale la pena contar parte de su peculiar historia.

Voulgaris, de origen griego pero nacido en Canadá, saltó a la fama por ser uno de los apostadores más exitosos del mundo del básquet, al punto que ciertas compañías tuvieron que colocarle un techo al dinero que le permitián poner en juego, debido a sus habituales resultados positivos.

Su éxito, sin embargo, estaba lejos de basarse solamente en la observación o las sensaciones ante cada juego. En cambio, Voulgaris desarrolló diferentes modelos estadísticos que le permitían mejorar considerablemente sus chances de acertar cada una de sus apuestas.

Los resultados del norteamericano fueron extraordinarios durante años, pero a pesar de la vida lujosa que estos le permitieron llevar, siguió involucrado en su gran pasión: el básquet, ya no tanto con una motivación económica, sino como analista y fanático del deporte.

Así fue como Voulgaris comenzó a ser invitado habitual de diferentes podcasts de la NBA, especialmente en los conducidos por los periodistas Bill Simmons (The Ringer) y Zach Lowe (ESPN). Además se volvió uno de los tuiteros más activos del ambiente, especialmente durante los playoffs y hasta participó en diferentes ocasiones, junto a otras mentes analíticas, del famoso congreso Sloan del MIT, donde se exponen los principales avances estadísticos y tecnológicos en el mundo del deporte (organizado por Darryl Morey, dueño de los Rockets).

La presentación del personaje viene al caso porque desde esta semana, Voulgaris dejará de observar la liga desde afuera, para tomar un rol protagónico dentro de uno de sus equipos: los Dallas Mavericks, quienes lo contrataron para ser su director de investigación cuantitativa y desarrollo. En otras palabras, trabajará junto a Mark Cuban (otro habitual de la conferencia Sloan) para investigar tendencias que puedan favorecer al conjunto dirigido por Rick Carlisle.

Lo que más sorprende de la noticia es que Voulgaris siempre se ha manejado como un outsider de la NBA, siendo muy crítico y ácido en sus opiniones y análisis, además de mostrarse totalmente reacio (por supuestas cuestiones de seguridad) a dar cualquier tipo de detalle sobre su vida ajena al básquet o al póker (lo juega de manera profesional). Ahora, la sombra omnipresente de la liga tendrá su lugar detrás de los escritorios texanos.