Basquetplus.com

En la NBA hay poca unanimidad como la que hay a la hora de hablar de los jugadores que más ganan en función de lo que hacen. En ese apartado, suena casi unísono el nombre de Ben Simmons. El australiano llegó a la liga estadounidense como una estrella, como un jugador que iba a cambiar la competencia pero nunca pudo encajar, nunca pudo destacarse, nunca pudo demostrar eso que se decía de él. Entre las lesiones y una salida traumática de los Sixers, se volvió un jugador muy poco querido por los fanáticos.

En unas recientes declaraciones al podcast The Young Man and The Three, Simmons reconoció: “En el verano pasado hubo momentos en los que pensé: ‘No sé si puedo hacer esto. Quizás tenga que dejar de jugar’”. La mala relación con Joel Embiid hizo que esa dupla, destacada por muchos como una posible pareja a pelear por el anillo, hizo que se disolviera y Ben saliera de los Sixers.

Posteriormente, el australiano siguió: “Tuve que sacarlo a relucir en una conversación y tuve que pensarlo porque físicamente es muy duro, pero mentalmente también es muy complicado. Es muy difícil pasar otra vez por esa lesión y someterme a una segunda operación”.

Ben regresó a las canchas para la actual temporada y jugó 30 partidos (24 como titular) con unos promedios de 6.3 puntos, 5.3 rebotes y 7.1 asistencias por encuentro. Ni siquiera puede destacarse, ser figura ni líder de unos Nets que están en una etapa de reconstrucción. Incluso su nombre suena para una posible salida de Brooklyn.

Por último, Simmons enfatizó: “No voy a parar. Soy un competidor. Me gusta el básquet y quiero ganar”, destacó. “Y todavía es mi momento de ganar después de dos años y medio con tantas derrotas”, comentó para cerrar.