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El baloncesto es un deporte para altos. Es una frase que hemos oído mil veces, pese a que en la mismísima NBA hemos tenido jugadores que no han llegado al 1.80 que, incluso, han llegado a ser determinantes para sus equipos. Entre estos baloncestistas, tenemos a uno que quiere hacerse un hueco en la historia: es el caso de Yuki Kawamura, base japonés de 1.72 que ha causado sensación durante la pretemporada gracias a su habilidad con el balón y una excelente visión de juego.

Quién es Yuki Kawamura

Kawamura no es un jugador común. A sus 23 años, este joven base japonés está sorprendiendo al mundo del baloncesto gracias a su velocidad y una enorme creatividad en la cancha, que compensan con creces su 1.72 de altura. En esta pretemporada de la NBA, donde está enrolado en los Memphis Grizzlies, el nipón está desarticulando a las defensas a base de creatividad y pases imposibles.

Su capacidad para leer el juego está siendo extraordinaria. Se anticipa a las jugadas con una inteligencia poco común y encuentra huecos que parece que solo existen para él. Sus pases, sorprendentes y en situaciones de alta presión, han ganado la atención de los cazatalentos americanos. De hecho, ha sido su actuación en torneos internacionales como los pasados JJOO donde ha empezado a escucharse su nombre, con un juego muy dinámico y que disparó a la selección japonesa en las apuestas online por su gran dirección de juego.

¿Será suficiente para compensar el factor físico?

Uno de los grandes problemas a la hora de encontrar equipo en la NBA que podrá tener Kawamura es que la liga americana es la más física del mundo. Los llamados ‘unicornios’, jugadores de gran altura y habilidades baloncestisticas inusuales, podrían eclipsar al diminuto jugador nipón. Competir contra bases de más de 1.90 podría ser muy complicado para un jugador tan pequeño.

Además, el físico solo es uno de los problemas. La barrera cultural también es importante. No sería el primer jugador asiático en la NBA, tampoco el primero de origen japonés, pero sigue siendo un territorio relativamente poco explorado para el baloncesto nipón.

Los pequeños también la saben meter

Pero Kawamura tiene espejos en los que fijarse en lo que a jugadores pequeños en la NBA se refiere. Uno de los más destacados de entre estos baloncestistas es Muggsy Bogues, el más pequeño en la historia de la NBA con apenas 1.60 metros. Pese a sus condiciones físicas, consiguió una carrera bastante interesante, con 14 temporadas a sus espaldas y pasando por equipos tan variopintos como los Charlotte Hornets, los Washington Bullets y los Toronto Raptors, siendo determinante por momentos en las apuestas NBA.

Earl Boykins es otro buen ejemplo de un jugador de baja estatura que supo ganarse su puesto. Boykins, de apenas 1.65, fue un prolífico anotador y pudo aprovechar su rapidez para hacerse un hueco saliendo desde el banquillo.