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Fernando Duró ya había dirigido a Marinos en el 2011, año en el cual dejó un equipo a mitad de temporada que más tarde se terminaría consagrando campeón. Ahora, ha vuelto a Venezuela con la intención de terminar ese trabajo, más allá de que tome las dos etapas como separadas y bastante distintas.

Actualmente, los Marinos de Duró se encuentran disputando la final de la LPB frente a los Guaros de Néstor García. Sorpresivamente, las diferencias fueron enormes en los primeros dos encuentros en favor de los de Anzoategui, quienes tomaron una rápida ventaja de 2-0 en el cruce. A continuación, hablamos con el entrenador argentino sobre lo que está dejando hasta ahora el enfrentamiento con Guaros y sus sensaciones dentro del básquet venezolano.

Para empezar te pregunto por los dos primeros juegos de las finales. ¿Por dónde creés qué pasaron las claves para conseguir dos victorias tan amplias?

Las claves pienso que fueron la disciplina táctica que tuvimos en defensa, la intensidad, mucho calor y la rotación fue sólida, de lo mejor que hicimos en estos playoffs.

¿Defensivamente en qué acertaron especialmente para dejar a Guaros con marcadores tan bajos?

Sí esa era la idea, de toda la temporada dejar a los equipos por debajo de los 70 puntos anotados. Eso no es fácil contra Guaros que es un conjunto que tiene muchas variantes ofensivas. Es la final. Pero tuvimos la fortaleza defensiva para poder sostenerlo durante los dos juegos.

¿Te preocupa que la diferencia los relaje de cara al tercer juego?

No esperábamos estas diferencias, pero no hubo festejo sino satisfacción de haber hecho el primer trabajo en una final: cuidar nuestra casa. Ahora viene la segunda etapa, con tres juegos de visitante y seguramente será cada partido una historia y un desafío diferente.

Sacándote un poco de la final y yendo más a la LPB en general. Siempre se asoció el básquet venezolano con un juego más similar al centroamericano, de muchas posesiones, tiros rápidos, etc. Sin embargo, en los últimos años se ve en la LPB un importante número de entrenadores extranjeros, sobre todo argentinos y españoles. ¿Se está viendo un cierto cambio en el estilo de juego o todavía la influencia argentina/española no llega a notarse del todo?

No, no he visto grandes cambios. No se puede entrenar mucho aquí. Se juega muy seguido, con bloques de cuatro partidos en cinco días o hasta seis juegos en ocho días. Así que imaginate... se hace mucho scouting y mucha recuperación física. En mi caso personal lo que busqué agregarles fue la táctica defensiva y un poquito la pausa en ofensiva, sin que ellos pierdan su identidad.

Como técnico, ¿hay alguna diferencia entre el Duró que dirige en Argentina al que lo hace en Venezuela?

No, siempre intento que mis equipos defiendan, corran y tengan mucho juego de transición, además de disciplina, respeto por el compañero y se respeten las reglas del equipo. Intento ser lo más justo posible con todos, sólo que al principio me cansaba muchísimo después de una serie de juegos consecutivos. Me fui acostumbrando y hoy ya no me canso tanto. Se viaja muy bien, hay muy buenos hoteles y el nivel de organización es muy bueno también.

Para quienes no conocemos tanto de lleno el ambiente de la liga venezolana, ¿podrías contarnos que representa Marinos dentro de ella?

Marinos es como un equipo grande del fútbol argentino. El que más te guste. Mucha pasión, fanáticos por todo el país, 5 mil personas por juego de local, redes sociales a full con miles de hinchas siempre opinando. Es un equipo que llena estadios de visitante. Es impresionante lo que genera Marinos en Venezuela. Ya me había sorprendido en el 2011.

En algún sentido ¿sentís este año como que estás terminando un trabajo que quedó inconcluso en el 2011?, ¿o lo ves como dos etapas distintas, sin nada de sabor a revancha?

Son dos etapas diferentes. Esta fue mucho más sólida. Regresé con más conocimiento del lugar, de los jugadores. Acá los equipos son los dueños de los jugadores y las plantillas son estables. Tenemos dueño de equipo por cuatro años estable y muy buenas condiciones de organizacion. Haber podido en las dos etapas hacer el trabajo defensivo, combinarlo con el ADN de los jugadores, que entren y respeten las reglas del equipo y en esta etapa llegar a la final, refuerza mis convicciones. 

Y encima definís el torneo junto a otro entrenador argentino...

Si. Estoy orgulloso de representar al básquetbol argentino, a su identidad y estilo. Llegar con Néstor a la final tiene que ver con ello también y sea cual fuere el resultado final me siento agradecido a los jugadores, cuerpo técnico, gerencia y organización por el respeto a mi trabajo y todos son parte de este gran año de Marinos de Anzoategui.