David Thompson, el gran ídolo de Michael Jordan
10:23 13/07/2020 | Cumple 66 años uno de los mejores anotadores de la historia. El hombre al que el escolta admiraba cuando era un niño.
Cuando la grandeza habla de grandeza, es necesario escuchar. Y, si ese símbolo lleva consigo el nombre de Michael Jordan, la atención debe ser doble. El histórico escolta de los Chicago Bulls fue la fuente de insipración de muchos de los talentos que luego dominaron la NBA. Pero, al igual que pasó con su figura, él también se ha reflejado en estrellas del pasado. Uno de sus preferidos era David Thompson, quien hoy cumple 66 años.
"Muchos se preguntarán por qué lo elegí. Yo sé por qué y David también lo sabe, pero quizás ustedes no. Él fue mi inspiración cuando era un niño. Y no sólo como jugador, sino también por todo lo que representaba", sentenció Jordan en su discurso de inducción al Hall of Fame. Había elegido a una leyenda de otros tiempos con la que supuestamente no tuvo relación para ser llevado al estrado. Pero, ¿quién fue Thompson dentro de una cancha para ganarse ese honor?
El alero brilló en la Universidad de North Carolina, a la que lideró hacia el campeonato de 1974. Lo hizo a través de una combinación de talento, potencia y elegancia en sus vuelos que también le permitió destacarse tanto en la ABA como en la NBA con la camiseta de los Denver Nuggets. Su capacidad para anotar consistentemente, ya sea por penetraciones o gracias a su fiable tiro en suspensión, le dio la fama de asesino del aro. En cuatro de las nueve temporadas que disputó como profesional promedió más de 25 puntos por partido. Y, en 1978, estuvo a 0,7 tantos de ser el máximo anotador de la competencia.
Thompson fue el primer atleta del básquet que sorprendió por su habilidad de salto en vertical, algo que luego caracterizó a figuras como el propio MJ. "Hubiera sido un reto defenderlo en cualquier época", soltó cierta vez el 23. Y es cierto: pocos han podido mezclar tan bien la gracia y ese componente explosivo que da el poder atlético.
Sin embargo, los problemas destrozaron su trayectoria antes de lo que cualquiera hubiera esperado. Sufrió una dura lesión de tobillo y se volvió adicto a las drogas. Principalmente en la cocaína, a la que llegó a dedicarle mil dólares diarios. Fue a la cárcel por atacar físicamente a su esposa y, a partir de allí, se volvió cristiano y reorganizó su vida. Aquel hombre que se había retirado con la camiseta de los Seattle SuperSonics en 1983 pudo encarrilar su destino, entró al HoF en 1996 y actualmente oficia de orador y da charlas motivacionales. Quizás, para despertar el mismo fuego que Jordan descubrió al verlo encarar el aro como una pantera.
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