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La aparición de The Last Dance, el ya emblemático documental de ESPN y Netflix que reúne historias y momentos del detrás de escena de la última campaña en la que Michael Jordan vistió la camiseta de los Bulls, una gran parte del mundo NBA ha comenzado a desempolvar sus anécdotas con la leyenda. Uno de ellos es Mark Cuban, dueño de los Dallas Mavericks, quien recientemente confesó que intentó convencer al escolta de unirse a su franquicia en el inicio del milenio.

"En 2001, el día que estaba por firmar con los Washington Wizards, su agente David Falk me impulsó a reunirme con él. Fui a su oficina y tenía todos los papeles para fichar con ese equipo. Ahí estaba yo, intentando convecer a Jordan para que no firmara y se viniera a los Mavericks", expresó el empresario en una entrevista con The GB's GBag Nation.

Finalmente, MJ se mantuvo firme y optó por declararse jugador del equipo de la capital, en donde complementaba su participación en el plantel con su injerencia en la parte adminstrativa de la organización. Cuban, quien había comprado a los Mavs un año antes por 285 millones de dólares, tenía como objetivo armar un superequipo con él, Dirk Nowitzki y Steve Nash. El destino encaró hacia otro camino y Dallas tuvo que esperar diez temporadas para alcanzar la gloria.