NBA All-Star Game 2020

Concursos All Star 2020, el gran atraco que no lo fue tanto

00:51 17/02/2020 | Un repaso de lo que fue el sábado del NBA All-Star Weekend, en donde Adebayo, Hield y Jones Jr. se llevaron las condecoraciones.

Adebayo y Jones Jr. sonrieron ayer (Foto: NBA)

Sí, se hablará durante toda la historia del gran robo a Aaron Gordon, alero de los Orlando Magic, en el concurso de mates de este 2020 tal y como ocurrió en el mismo escenario del crimen en 1988, cuando se supone que Chicago le robó el título de mejor volador del planeta a Dominique Wilkins a manos de un tal Michael Jordan. Sin embargo, vivido desde dentro por Básquet Plus, vamos a ofrecerles un prisma algo diferente. Digamos que con atenuantes. 

Prórroga injusta  

Que un interior como Adebayo le dispute, y le gane, la final de las habilidades a otro grande como Sabonis habiendo eliminado a todos los pequeños (obvios favoritos) o que Buddy Hield se corone a los triples en el último segundo para luego declarar que había estado de fiesta toda la noche anterior es de lo más entretenido, pero el plato fuerte del sábado es el que es.  

Y no vamos a negar la evidencia sobre lo ocurrido: cuando llevas un récord de puntuaciones de 50 (el máximo) y acabas saltándote a un tipo de 2,26 metros para comerte el aro pero aún así pierdes… Sólo puede explicarse si alguien del jurado pasó demasiado tiempo la noche anterior en el club ‘Underground’, sede máxima de las fiestas nocturnas en este All Star Weekend. Y seguramente fue así. 

En un tiempo extra eliminatorio en lo que parecía un concurso destinado a no acabar jamás, por su grandeza y potencia histórica, fue mejor Aaron Gordon que Derrick Jones Jr. El mate un paso largo más allá de la línea de tiros libres con remolino incluido intentando superar la imagen de Jordan no fue ni de lejos del nivel demostrado hasta el momento, y la barbaridad de Gordon volando sobre la cabeza del gigante Fall supuso el colofón perfecto para una noche de leyenda.  

Luego el crack afincado en Florida diría en rueda de prensa que tras dos robos (el concurso perdido ante Zach LaVine no se consideró así en su momento) se planta y no concursa más, pero nadie quiso recordarle que antes de la prórroga hubo una ronda final… Y que ahí fue inferior. Sólo el empuje del público y el jurado más subjetivo de todos los tiempos hizo que la cosa llegase hasta ahí. ¿Por qué? Pues por un mate en concreto. 

Emocionarte, excitarte 

¿Cuán difícil, con todo lo que vivimos cada día, resulta que alguien logre sacarnos esas sensaciones del cuerpo? Ahí está la magia del concurso de mates de la NBA. Por ello la gente se presenta en un United Center el sábado noche bajo una helada desoladora. Porque esa magia vale millones y nunca sabes cuándo explotará. Este pasado sábado lo hizo, y con creces. Si ves al mítico Dr. J saltado de su silla, a Giannis Antetoukompo invadiendo la pista al trote mientras graba con su teléfono móvil, a Dwayne Wade con cara de haber visto un marciano o a Pat Riley y Dominique Wilkins pegando con la quijada en el suelo… Es que hay gente volando a un nivel estratosférico, simplemente bestial. 

Y, de entre todos los despegues siderales que se vivieron, destacó el mate que llevó a Gordon a una prórroga que quizá no debió disputarse: Un 360 grados repleto de elegancia y potencia tras recoger el balón picado al canto del tablero remontando la línea de fondo. Los All Stars presentes no tuvieron más remedio que invadir la cancha entre gritos.   Pero claro, es que eso ya había pasado por partida doble justo antes en esta final, con un Derrick Jones Jr. desatado, atacando el aro como si le debiese dinero. 

Un campeón astronauta  

Sólo los que viajan al espacio han subido más arriba. El campeón del concurso de mates 2020 disputó una final perfecta, y ya no sólo por las dos puntuaciones de 50 logradas, sino porque agarró siempre por sorpresa al público, completando sus intentos a la primera y con una fiereza fuera de lo común, recordando al Vice Carter del año 2000. Saltó a dos sujetos mientras recogía el balón arriba y se lo pasaba entre las piernas… Para luego recoger la bola picada a tablero y reventarla en el aro tras otra pasada entre las piernas salvaje. Fueron dos mates para haber terminado ahí la historia y haber levantado el trofeo que levantó un poco más tarde rodeado de polémica. El 360 inimaginable de Gordon arrastró a su otro mate de la final, muy bueno, pero no definitivo.  

Mientras lo único destacable de un Dwight Howard venido muy a menos fue su recuerdo a Kobe Bryant con el 24 al pecho disfrazado de Superman y Pat Connaughton aportó la reivindicación blanca con su atuendo de la película “White man cant jump”, lo que convirtió al concurso en inolvidable, en uno de los cuatro mejores de la historia sin lugar a dudas, fue el duelo de dos astronautas, de dos superhombres. Un duelo que, con mayor o menor robo final, hizo que el planeta entero volviese a soñar, a emocionarse. Y eso no tiene precio.       

 

David Carro
Especial para Básquet Plus desde Chicago (Estados Unidos)

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