Hace tiempo que Dallas se debía una victoria importante, sin tanto sufrir y demostrando que las malas rachas y las dudas pueden comenzar a desaparecer. Necesitaba un partido con contudencia, sin tantos de esos baches de sequía que ha mostrado a lo largo de esta temporada y con un resultado contundente. Tenía que venir con una victoria bajo el brazo, eso era obvio, y por tal motivo hoy cumplió mucho de ese faltante después de ganarle a Sacramento Kings por 99-79.
Casi que no hubo tiempo de cancha para Nicolás Brussino, quien ingresó sobre el cierre y con el duelo liquidado. El escolta santafesino disputó 1 minuto, donde solamente tuvo tiempo de registrar un lanzamiento aunque sin fortuna (0/1 en triples).
Lo mejor de los Mavericks estuvo en el plano colectivo, ya sin una figura definida como determinante sino teniendo como líderes a varios jugadores necesarios para esta mejoría desde su despliegue. Quizá esto viene un poco de la mano con el nivel de juego, teniendo en cuenta las variantes que supo tener.
Dorian Finney-Smith terminó como el máximo artillero con 17 unidades, aunque también aparecieron otros focos vitales como Harrison Barnes (15 unidades y 9 rebotes), Wesley Matthews (15 tantos), Deron Williams (15 puntos y 7 asistencias), Devin Harris (14 tantos y 7 cristales) y Seth Curry (13 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias)
En los Kings no alcanzó con el trabajo de DeMarcus Cousins, quien finalizó como el goleador de la velada con 33 puntos. El pivote estuvo prácticamente muy solo en el costado ofensivo, teniendo únicamente como escolta en el goleo a un Ty Lawson que apenas sumó 10 unidades. Solo con Cousins no alcanzó esta vez.
Esta ha sido la séptima victoria de los Mavericks dentro de la 2016/17, un registro que sigue siendo pobre porque todavía no puede despegar del fondo del Oeste (marca de 7-20). De todas formas el equipo ha sabido mostrar cierta evolución, hoy sin rachas de derrotas tan profundas y habiendo ganado 3 de los últimos seis encuentros.