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Era el último pasaje a la Final Four de la Liga Sudamericana y una gran presión para un Boca Juniors que se armó con este torneo como primer objetivo. Sin embargo, llegó golpeado por una mala racha en la Liga Nacional, con algunos cambios ya pensados, y con un sistema de juego beneficioso por un lado y perjudicial por el otro. Y en este caso privó el perjudicial, porque la seguidilla de partidos liquidó físicamente a un equipo muy veterano, que no tuvo resto físico para sostener el ritmo que necesitó en la segunda mitad. Ganó Bauru y Boca quedó eliminado. Bauru irá contra Titanes en la semi del sábado. 

La historia fue así: dos datos categóricos. Boca anotó su primer punto a los 6m30s del primer cuarto (0-9), y terminó los 20 minutos iniciales 23-40, con 9/30 de cancha. Imposible aspirar a nada con números así, más allá de que Bauru no fue una maravilla, pero con un porcentaje correcto le alcanzó para dominar con claridad. 

La parte positiva de la veteranía del equipo de Boca se vio en el tercer cuarto: orgullo, experiencia en estos partidos, viveza para hacer lo necesario para remontar el juego y, claro, mayor puntería. Sin eso nada sirve. Así, de los 23 que metió en la primera mitad pasó a 22 en el tercer período, contra solo 6 de su rival. Es más, llegó a pasar al frente en el inicio del último período, 47-46, con Leiva dando una mano grande atrás, con Balbi más parecido al de los últimos partidos de la Liga, con Mainoldi metiendo algún triple esperanzador y con Mata haciendo de todo.

El tema fueron los extranjeros, sobre todo Tucker. Dar, claramente deteriorado físicamente hace varios partidos, no metió un tiro de cancha hasta el final, Barber apenas jugó y Ogide fue, incluso, el mejorcito. Después del enorme desgaste para ponerse en partido, Boca se fue desinflando, metió muy pocos puntos, Bauru también, pero los necesarios para llevarse un partido flojo, que solo tuvo emoción por la paridad y por lo que otorgaba. Fue de Bauru 65-61 que, a la larga, jugó mejor que Boca mucho más tiempo que su rival. Ahora, los de García deberán pasar la página, hacer los ajustes necesarios y pensar en la Liga, que pasó a ser la gran meta. Fuzaro fue la figura, con 18 puntos y 9 rebotes.

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