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Hay quienes dicen que con plata todo se puede lograr y hacia ese camino están yendo los árabes. En estos días se está disputando el Mundial de fútbol de FIFA, en medio de un escándalo por la designación de la sede, pero poco parece importarles. Ahora apuntan sus billetes verdes al mundo del básquet y la Euroliga es la principal atracción.

Desde hace algunas semanas viene tomando fuerza el rumor de Dubai en la Euroliga, primero con la posibilidad de albergar la Final Four pero, no conformes con eso, los jeques árabes quieren tener su equipo dentro de la competencia elite europea que ya cuenta con equipos fuera del continente como es el caso de Maccabi Tel Aviv de Israel.

Según publica el sitio español Mundo Deportivo, aprovechando el cese del contrato con Turkish Airlines, los árabes a través de Emirates Airlines serían el principal patrocinador de la competencia y aumentarían considerablemente el monto que aporta la aerolínea turca, que son 10 millones de euros anuales, mientras que los árabes ofrecerían una cifra a los 50 millones de euros anuales. Bastante tentador.

El objetivo de los árabes es tener un equipo y ser la sede de la Final 4 en 2024, 2025 y 2026. Si bien logísticamente es complicado por la lejanía con algunas de las principales ciudades qe hoy cuentan con equipos en la Euroliga, el tema económico podría ser el eje principal para que le permitan el ingreso a la competencia europea. Hace poco forzaron la salida del CEO Jordi Bertomeu, principalmente por los bajos ingresos que generaba para los equipos participantes.

Problema de dinero para armar el equipo no tendrían los árabes y estarían apuntando a las grandes figuras haciendo tambalear a sus rivales y poniendo en riesgo la conformación de sus planteles. Según parece, y se lo hicieron saber a sus respectivos agentes, Vasilije Micic, Shane Larkin, Nikola Mirotic, Mike James y Kostas Sloukas serían algunos de los posibles fichajes para conformar el nuevo equipo.

El presupuesto rondaría los 40 millones de euros, similar al monto que manejan Real Madrid y Barcelona, con la diferencia que en España esa cantidad es bruta y sufren una quita de alrededor de un 45% por impuestos, mientras que en Dubai sería neta, en el bolsillo.