La selección argentina U17 no pudo llevarse el broche de oro y cerró el Sudamericano U17 con una derrota en la final del torneo ante Chile. Fue 70-60 para el seleccionado trasandino, en una victoria histórica ya que consiguió su primera corona en categorías menores de la mano de una camada totalmente brillante. Por el lado argentino, el torneo no terminó con el título pero de todas formas los pibes se van de Lima con el máximo objetivo logrado en la jornada de ayer: el boleto al Premundial U18 del año próximo.
Leandro Bolmaro fue de lo mejor del seleccionado argentino después de arrojar una tarea con 16 puntos, siendo escoltaron por otros rendimientos como el de Francisco Farabello (10 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias), Juani Marcos (10 tantos) y Tomás Pereyra (7 unidades y 8 rebotes). Argentina respetó su perfil e hizo una gran propuesta de juego, pero este viernes no fue suficiente ante un rival muy fuerte.
Merecida coronación para Chile, que presenta una generación importantísima a futuro. Hoy sobresalieron las actuaciones de Kevin Rubio (22 puntos y 7 rebotes), Lino Sáez (16 tantos y 12 rebotes), el pivote estadounidense Maxwell Lorca (9 tantos y 11 rebotes) y el explosivo base del Estudiantes de Madrid, Ignacio Arroyo (13 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias), pero la realidad es que el seleccionado trasandino tuvo una oportunidad única en este torneo y la supo aprovechar.
Argentina tenía que jugar un partido de lo más sólido si quería quebrar la resistencia chilena. E independientemente de haber hecho un muy buen primer capítulo (21-13 arriba, controlando a los grandes y con buenos despliegues de Farabello, Bolmaro y Pereyra), el flojo segundo periodo albiceleste condicionó en el resto del encuentro. Argentina cometió errores, abusó de faltas y del tiro externo, mientras que Chile no se desesperó a pesar de estar abajo por doble dígito. Se empezó a generar un vuelco, Chile se fue acercando por los errores argentinos, reaccionando y pasando a ganar 36-35 al entrar al descanso.
Tras el entretiempo, la sintonía siguió favoreciendo a Chile porque Argentina siguió teniendo problemas. La altura rival dio muchos problemas (Lorca metió 4 tapas y Rubio, de las sorpresas, se despachó con otras 2) y Argentina tuvo problemas con la defensa en zona que propuso Chile, entonces nunca logró destaparse ofensivamente. A juego estático fue complicadísimo, por lo que la historia no varió y Chile entró al último periodo 50-44 arriba. Chile siguió sin perder la brújula, defensivamente controló a un seleccionado nacional que no pudo resolver adelante por la gran propuesta chilena y de a poco se encaminó a la victoria. Sacó diferencias importantes, y aunque Argentina recortó en el final Chile se lo llevó por 70-60 y festejó un título histórico.