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Aquel desastroso caso llamado Royce White

19:13 26/09/2020 | Revolucionó la NBA al hablar de salud mental. Nadie lo comprendió y se perdió en su lucha. En la actualidad ya no piensa en básquet y quiere pelear.

White está viviendo de nuevo (Foto: Marca)

Mr. Basketball de Minnesota en 2009. Campeón de todo durante su época secundaria y un futuro abierto y próspero. Su nombre era Royce White y quienes lo vieron jugar seguro lo recordarán. Lamentablemente, su camino se estrelló y la salud mental tuvo mucho que ver. A pesar de su esfuerzo por concientizar al resto, el interno se esfumó entre diagnósticos y depresión.

Para conocerlo hay que estudiar su caso y todo lo que lo llevó a la desidia. El primer incidente ocurrió en Minnesota University, cuando se declaró culpable de robo y conducta desordenada en un incidente que se produjo en 2009 en un shopping. Lo acusaron de robar ropa y de asalto en quinto grado, cuando supuestamente empujó a un oficial de seguridad. La NCAA lo suspendió por toda esa temporada.

Tras esa etapa decidió empezar de nuevo en Iowa State y el cambio de aire fue excelente, dominando en la cancha a su antojo. No obstante, tenía graves problemas de ansiedad y había sido diagnosticado con un trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Esto provocó que muchos reclutadores duden de su potencial.

Tal era su condición que no quería saber nada con viajar en avión, no por el viaje en sí, sino por su miedo a tener un ataque de pánico en medio del trayecto, lo que representaba un gran problema para la NBA. 

En el Draft de 2012 se olvidó de todo y se presentó sin más preámbulos. Los primeros equipos decidieron hacer la vista gorda y fue Kevin McHale quien confió en él para los Rockets, seleccionándolo en el pick 16. En Houston las anomalías comenzaron desde que se presentó a las prácticas el 8 de octubre. Le había propuesto a la franquicia hacer viajes en la ruta hacia todos los lugares que la distancia permita en un auto con un chófer que lo pagaría el propio White. 

Tenía que evitar viajar en avión a toda costa y, además, mantener una rutina que le de la oportunidad de acomodarse al drástico cambio que significaba ir a Texas. Podrán imaginarse lo que le costó eso a Royce, en una liga en la que por momentos los jugadores ni siquiera saben en qué ciudad están de tantas giras. 

Houston no estuvo muy de acuerdo con la idea y Royce fue muy crítico con el asunto, argumentando que la liga no tenía protocolos de salud mental aptos para personas como él. Afortunadamente, el 26 de enero de 2013 los Rockets y White acordaron que se presentaría a Rio Grande Valley Vipers el 11 de febrero de ese año.

El tratamiento que le prometió Houston no fue tal y Royce no jugó siquiera un minuto con los Rockets en la NBA. Lo traspasaron a los Sixers el 5 de julio de 2013 y a partir de ese momento se paseó por la liga, con breves paradas en los Kings, los Clippers y la G-League. En total apenas disputó nueve minutos en la liga de Estados Unidos y nunca pudo anotar un punto. Para 2015 estuvo fuera para siempre...

Por suerte, en 2016 volvió al básquet tras firmar con London Lightning de la NBL de Gran Bretaña y simplemente la rompió. Llevó al equipo al título, con un partidazo en el que convirtió 34 puntos. Además, fue el MVP de la temporada y logró el récord de la liga con cuatro triples-dobles. 

Se quedó una temporada más en los Lightning y después firmó con Auxilium Torino de la liga italiana. Allí no apareció nunca y tras no presentarse al campo de entrenamiento su contrato fue dado de baja el 23 de agosto de 2018. 

En esa época no todo fue negativo y White conoció las artes marciales mixtas. La disciplina le robó el corazón y el deporte se presentó en su puerta. Tal fue su pasión que hasta llegó a sacar un libro llamado MMA por NBA, una crítica al deporte moderno en América. Su nuevo deseo era ser profesional en ese ámbito y en abril de este año le comunicó al mundo su decisión. 

Así el básquet dejó ir un talento que llegó a ser comparado con Charles Barkley. Así la NBA desperdició a su gran incógnita. La liga quería sacarle provecho, pero le sacó el cerebro. Fue víctima del proceso. Un enorme retroceso.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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