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Dentro de un Grupo A que incluye a potencias del continente como Brasil, Puerto Rico y México, quienes tranquilamente pueden aparecer entre los favoritos a pelear por el título, está claro que en los papeles, Colombia inicia su zona en un peldaño inferior en términos de candidatos a avanzar de fase. Sin embargo, hay varios factores que hacen que los dirigidos por Guillermo Moreno puedan ilusionarse con ser la sorpresa del torneo.

El primero de ellos es la localía. Los colombianos tendrán la chance inmejorable de jugar ante su público en Medellín, una situación que siempre potencia a los seleccionados y que puede ayudar a renovar fuerzas dentro de un calendario exigente como es el de la AmeriCup (tres partidos en tres partidos).

El segundo de ellos, es que vienen de hacer un buen papel en el Sudamericano 2016. Más allá de una amplia derrota ante Argentina (97-69), vencieron a Paraguay, Chile y Perú, mientras que en el debut sumaron una cerrada derrota ante Uruguay por 60-54. Si tenemos en cuenta la localía y que este aparece como un plantel mejorado en relación al del año pasado, es factible imaginar a los cafeteros al menos compitiendo en cada partido.

El tercer factor, y el más importante de todos, es la aparición en la nómina de varios jugadores muy importantes para el contexto colombiano, que aún no debutaron a nivel selección mayor. El principal de ellos es el veterano Juan Palacios, un ala pivote de 32 años con rodaje importante dentro de algunas de las mejores ligas europeas (el único que juega en el viejo continente), como la ACB, Francia, Lituania y Turquía. Palacios surgió basquetbolísticamente en Estados Unidos (Universidad de Lousiville) y esta sería su primera vez representando al país de su nacimiento.

Además, también sería el primer torneo oficial para tres valores que representan la renovación de los más veteranos Stalin Ortiz, Michael Jackson y Rodrigo Caicedo: los pivotes Tonny Trocha-Morelos y Hanner Mosquera-Perea, más el escolta Braian Angola Rodas, todos con paso reciente y participación dentro de la NCAA.

En esta nueva realidad, las virtudes y los posibles defectos del equipo están bastante claros. Su mayor fortaleza pasará por la potencia en el juego interior y la velocidad de sus perimetrales. Colombia será un equipo físico, peligroso en transición. ¿Interrogantes? Habrá que ver como ejjecutan en la media-cancha, especialmente para un plantel con varios posibles debutantes, y cuán concentrados se muestran en el costado defensivo.

Lo que está claro, es que con Atencia, Angola Rodas, Mejía, Mosquera-Perea y Trocha-Merelos (todos en el básquet de Estados Unidos y menores de 24 años), Colombia está encontrando una nueva generación que empuja fuerte y que si muesta compromiso para representar al seleccionado, puede cambiar la realidad de un equipo acostumbrado a ver a las potencias del continente desde abajo. ¿Darán en Medellín el primer paso?

La preselección