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Como te contábamos tres días atrás, Carmelo Anthony tenía en su mente que el All-Star Game de New York fuera lo último que realizara basquetbolísticamente en la campaña, y efectivamente así sucedió. Este miércoles, la figura de los Knicks anunció que se operará de su rodilla izquierda, la cual lo tiene a maltraer hace un tiempo.

Hay varios miradas que pueden hacerse sobre la situación, aclarando que la lesión no le impedía jugar a Melo, pero sí seguramente hacerlo al máximo de sus posibilidades. Por un lado, se puede ver el vaso medio vacío de que deja al equipo, todavía con unos 30 juegos por disputarse y en algún sentido, se desliga del final de lo que será una de las peores temporadas en la historia de New York.

El otro, no tan ligado a lo pasional y dejando de lado un poco el compañerismo, para apuntar a lo estratégico, es que si todos sabemos que la campaña de los Knicks está terminada hace tiempo, ¿por qué no recuperarse, intentar volver al 100% desde lo físico y ya pensar en la 2015/2016? Desde el punto de vista de Anthony se entiende. Desde el de sus compañeros, quizás no tanto.

Algo está claro, después de este año, el equipo dirigido por Derek Fisher deberá obligadamente mostrar otra cara en el torneo que viene y sin Anthony en buenas condiciones, eso se ve difícil.

Por otro lado, vale aclarar que el hecho de que el alero jugara el All-Star Game nada tuvo que ver con su operación. La decisión estaba tomada desde antes del encuentro y Anthony simplemente utilizó el evento como una suerte de despedida de la 2014/2015, en su estadio y ciudad de origen.

Mientras tanto, los seguidores de los Knicks esperan ver que realiza su equipo en la inminente Trade Deadline (cierra mañana a la tarde), donde seguramente la franquicia de James Dolan de bastante de que hablar, incluso con la posibilidad de que cambien al argentino Pablo Prigioni.