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Argentina vivía un proceso de recambio total en 1999 y las jóvenes figuras empezaban a demostrar de qué estaban hechos. Y uno de los que lo hizo de enorme manera fue Andrés Nocioni en el primer juego ante Estados Unidos del Preolímpico.

Miguel Romano para La Nación lo dijo claramente: “A los 4m35s, con el resultado 72 a 34, el carasucia de Nocioni recibió el balón sobre la derecha y cerca de la línea final, se inclinó levemente hacia adelante, levantó la vista, observó a las dos torres que lo aguardaban en la zona y empezó a carretear. Cuando se acercó a ellos levantó vuelo, pasó por debajó del aro, giró en el aire, enganchó la pelota con una mano y la hizo explotar en el cesto. Sí, por entremedio de los brazos y las manos de Garnett y Duncan. Los 6000 espectadores se pararon, gritaron y aplaudieron. En ese momento hubo un tiempo muerto y cada quinteto se acercó a su banco. En el de la Argentina todos se tiraron encima del héroe y él, colorado, no dejaba de reirse”. 

En el libro Chapu, historias de un guerrero, Julio Lamas dijo: “En el banco empezamos a saltar como locos. Todos. Fue espontáneo. No había los medios de hoy. Si hubieran estado las redes sociales como ahora, Andrés hubiese fichado en la NBA en ese momento”. Sergio Aispurúa acompañó ese relato del entrenador: ““Cuando saltó y se la volcó a esos dos monstruos pensé que estaba loco. Los sorprendió más a ellos que a nosotros. Yo jugaba poco, pero disfrutaba un montón ver jugar a esos pibes desde afuera”.

Y el propio Chapu la relató así: “Agarré la pelota y salté a volcarla. De inconsciente. Ni se me cruzó que adelante estaban Garnett o Duncan. No lo pensé. En esa época siempre iba al aro a volcarla. Era muy físico. No tenía juego a medias. Iba para adentro. Cuando me estoy yendo al banco me empiezo a reir de los nervios, porque todo el estadio estaba gritando por la jugada. Y estaban los jugadores de Estados Unidos parados, gozándolo a Garnett. Entonces Brown diseñó una jugada para que Garnett me la vuelque a mí, pero cuando fue al aro, le hice una falta fuerte y no pudo. Garnett me decía de todo, pero yo no entendí un pito. Manu me comentó que decía que me iba a romper la mano en la próxima, que me iba a meter adentro del aro y no sé cuántas otras cosas. Le había tocado el orgullo”.

Pocos recuerdan que, terminando el partido, Chapu quedó solo para irse a una bandeja, con Garnett bastante lejos. Pero lo esperó para volcársela otra vez en la cara. Esta vez KG no permitió la humillación y le cometió falta. Cuando terminó el partido, Nocioni se convirtió en el centro de atención. Los jugadores del Dream Team lo saludaron especialmente y todos los periodistas se fueron con él. “Como veían que no hablaba en inglés, le decían a Palladino que me explicara que querían que le pusiera un nombre a esa volcada. Y lo les contesté chapudunk”. A partir de ese momento, Chapu tomó algo de consciencia de dónde estaba parado. “Me dí cuenta que le estaba jugando de igual a igual a tipos de la NBA. Y empecé a pensar que en Europa iba a poder jugar bien, porque hasta ahí tenía muchas dudas”.

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