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LaVar Ball, una de las figuras más polémicas de la NBA, ha demostrado que su confianza desmedida en sus hijos no era solo humo. El padre mediático afirmó múltiples veces que sus hijos harían su propio imperio. Hoy, Lonzo, LaMelo y LiAngelo Ball acumulan más de 422 millones de dólares entre contratos deportivos y una inesperada incursión en la música. Aunque no todos alcanzaron el estrellato en la cancha, el apellido Ball sigue resonando como un sinónimo de éxito y determinación.

El más joven y exitoso, LaMelo, ha sido la joya de la familia. Desde su elección como tercer pick en el Draft 2020, no ha hecho más que brillar con los Charlotte Hornets. Rookie del Año, All-Star en 2022 y dueño de un contrato de cinco años por 260 millones de dólares. Al final de su contrato, habrá ganado casi 300 millones en salarios, consolidándose como uno de los jugadores más ricos de su generación. Por su parte, Lonzo, aunque ha lidiado con lesiones y limitaciones, tampoco ha quedado rezagado. Con contratos que suman 113.4 millones en su carrera, ha sabido capitalizar su talento desde su llegada a la NBA en 2017 como el segundo pick del Draft.

Mientras tanto, LiAngelo Ball, el hermano del medio, tomó un camino más tortuoso. A pesar de su talento, nunca logró asentarse en la NBA. Firmó múltiples contratos 10 días con equipos como los Pistons, Hornets y Thunder, pero fue liberado en cada ocasión antes de garantizar sus ingresos.

Pese a todo, en lugar de rendirse, LiAngelo encontró su voz en la música, donde ha tenido un ascenso inesperado. Su tema "Tweaker" superó las 9 millones de reproducciones en YouTube, captando la atención de Universal Music Group, que le ofreció un contrato de 13 millones de dólares, incluyendo un adelanto de 8 millones. Aunque su carrera no siguió el guion esperado, ha sabido aprovechar su exposición y construir una carrera propia en un ámbito completamente diferente.