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Cuando se revisan carreras de grandes jugadores, siempre está el ejercicio de entender en qué momento explotó. Hay excepciones como las de Michael Jordan que no necesitó de la NBA para que todo el mundo hablara de él y el mérito es que esto pasó a principios de los 80, donde las redes sociales no estaban ni en la cabeza Mark Zuckerberg, quien quizás tampoco aún estaba en los planes de sus padres.

En la Universidad de Carolina del Norte, Jordan descollaba, pero todavía su validez se circunscribía a los especialistas de la NCAA y a la gente de Willmigton que sabían que en Mike había un fuera de serie.

El propio Jordan reconoció que para él su momento sublime de exposición, donde todos comenzaron a llamarlo Michael Jordan, fue después de haber anotado el tiro ganador ante Geoogetown en la Final Four de 1982. “Hasta ese momento nadie sabía quién era yo…cuando hice ese tiro, mi nombre completo se convirtió en Michael Jordan”, afirmó Su Majestad.

No obstante dándole otra mirada al asunto, también está uno de sus colegas de aquellas épocas siendo un Tar Heels, Sam Perkins. El zurdo era un jugador clave en North Carolina, a la par de Jordan para el equipo y para él  hay otro momento en el que dejó de ser un simple Mike a llamarse Michael Jordan con todas las letras bien puestas.

“Más atrás al juego de las finales, en un encuentro ante la Universidad de Maryland, pasó de ser Mike Jordan a Michael Jordan. En el final hizo una volcada como un molino de viento con la bola en una sola mano, que nadie pensó que lo haría. Allí todos empezaron a notar que ese tipo era diferente. Entonces cuando llegó a profesional, simplemente alcanzó otro nivel”, comentó Perkins.

Su deseo de competir, su búsqueda por ser el mejor y su talento innato hicieron de Michael Jordan una leyenda inigualable, pero alguna vez tuvo que irrumpir en el mundo para ser conocido. Para Su Majestad ganar un título no tiene comparación con nada y por eso que su tiro ganador en su único campeonato NCAA fue el punto de inflexión, para otros verlo volar era algo que causaba estupor, hasta a sus propios compañeros, por eso que para Sam Perkins cuando Mike voló, el mundo lo conoció en serio.