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Robo en primera línea y contragolpe con celeridad. El doble parecía fácil, pero el protagonista de la acción falló la volcada quedándose bastante corto. Unos meses después, ese mismo basquetbolista despegó con fuerza y no volvió a errar, saltando agresivamente y subiendo como un avión a las nubes en cuestión de segundos.

Grito al cielo y un país a sus espaldas, el jugador era Leandro Bolmaro y a los golpes y choques aprendió a crecer, soportando críticas (agresivas, pero siempre constructivas) de su entrenador y cometiendo errores en el proceso, absorbiendo conocimientos como una servilleta el agua de un vaso desparramado. 

Su máxima de puntos (ocho) igualada esta tarde ante el Panathinaikos es solo el más reciente de sus hitos y de la mano de Sarunas Jasikevicius en la dirección técnica el cordobés está alcanzando su mejor versión, con confianza en su juego, explosión física e incremento del volumen de participación, traducido en mayor eficiencia e irrupción desde la segunda unidad.

El lituano fue quien le dio la oportunidad y el argentino empezó a desbordar, partiendo siempre como armador y alejándose de su posición de escolta. A pesar de que al comienzo de la temporada luchó para adaptarse, en los últimos partidos demostró mejor visión de cancha, lectura de oportunidades y paciencia para encontrar los espacios, aprovechando su capacidad asistidora en el pick and roll con el pase de zurda y de pique a una mano como insignia. 

Las diez entregas que logró ante el Gipuzkoa fueron la mejor muestra, pero luego sus totales bajaron hasta que en los últimos juegos todo cambió y la experiencia relució, logrando 12 asistencias en los cuatro encuentros más recientes disputados en la acb, y marcando cuatro hoy ante el Panathinaikos.

Por supuesto, su participación también se visibilizó en los puntos, otro apartado en el que el cordobés se va sintiendo gradualmente en su hábitat, dando un salto en explosividad y atleticisimo, tiro de tres y ataques al aro. 11, ocho, seis, siete y diez fueron sus tantos totales en sus últimos cinco encuentros acb, a la vez que en Euroliga llegó hoy a su máxima en ese sector: ocho.

Su capacidad de lanzamiento también sigue elevándose y si se tienen en cuenta los cuatro torneos que disputó esta temporada, el cordobés está lanzando 39.3% en triples, 58.8% en True Shooting y 49% en EFG, superando con creces los promedios de la 2019/20, que cerraron en 29.3%, 51.7% y 48.8% respectivamente. 

Por último, el argentino elegido por los Timberwolves en el Draft de la NBA redujo considerablemente sus faltas personales, aprendiendo a atosigar a los rivales sin cometer infracciones en excesos y pasando de promediar 2.0 cobros en contra en la temporada anterior a 1.3 en la actual.

A los brincos y corriendo sin detenerse, como si estuviera en una pista de atletismo de Las Varillas, allí Leandro Bolmaro se divierte. Entre españoles, observadores, dudas y certezas, del destino él se mofa y a ningún santo le reza. Corazón, determinación y destreza, el caos está en su naturaleza.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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