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2.05 metros y apenas 15 años de vida. Zrenjanin el lugar, la antigua Yugoslavia el país. Kresimir Cosic, una leyenda del básquet balcánico, fue el descubridor y el primer pulidor. El objetivo era convencer a la familia del imberbe para que le permitan que se mude a Zadar en pos de continuar su crecimiento. El involucrado del hecho era Dejan Bodiroga y todos sabían que unos años después la descosería.   

Los Kings de la NBA lo terminaron escogiendo en el pick 22 de la segunda ronda del Draft de 1995. Sin embargo, Bodiroga nunca se interesó mucho por cambiar de continente y la liturgia pasiva finiquitó en 2017, cuando Sacramento renunció a sus derechos luego de un sinfín de temporadas.  

Pero, ¿qué hubiera pasado si Dejan hubiese decidido dar el salto? De hecho, Sacramento tuvo la oportunidad de elegir a uno de sus coterráneos, Luka Doncic, de Eslovenia, uno de los países que formaron parte de Yugoslavia, pero se quedó con Marvin Bagley y el europeo se fue a los Mavericks. 

Si bien Bodiroga se desempeñaba de alero/escolta, en la actualidad quizás hubiera ocupado el mismo puesto que Doncic, el de guardia, por su tamaño y agilidad para subir el balón, organizar el juego y castigar en transición. A pesar de que promedió 2.4 asistencias en su carrera, el balcánico tenía la habilidad de encontrar siempre a sus compañeros y de darle fluidez a los ataques de sus equipos, algo que se valora mucho en la NBA. 

Además, el campeón del mundo en 2002 era un excelente tirador que promedió 56% de campo a lo largo de su periplo como basquetbolista profesional y 44% en triples, a diferencia de Doncic, quien nunca pudo lanzar por encima del 35%. Esto le permitiría castigar cuando las defensas se cierren, como Luka viene haciéndolo a medida que sus porcentajes se elevan, siempre manteniéndose como alguien que podría mejorar en ese aspecto.

El látigo era su arma principal, pero no la única y también podía sacar ventajas en el poste bajo, lanzar de media distancia tras giro, liquidar con un up and under que todos los jugadores actuales poseen en su repertorio y pasar saltando, una herramienta que era de vanguardia para su época.

Inteligencia, liderazgo y claridad en el clutch también serían armas fundamentales que muchas franquicias de la NBA desearían. A Bodiroga no le temblaba el pulso en los instantes decisivos y siempre encontraba la forma de que el partido se decante a su favor.

¿Y en defensa? Utilizando de nuevo a Luka Doncic, el balcánico no sufriría tanto como el base de Dallas, ya que es mucho más liviano y por su tamaño podía moverse frenando a exteriores e interiores. A su vez, sería un gran tomador de rebotes atrás, y en su carrera promedió 3.8 atrapes por encuentro.

Otro factor importante es las oportunidades que en el presente están teniendo los jugadores internacionales, que reciben más chances de mostrar lo que pueden hacer en las canchas, con la confianza de la franquicia y de sus entrenadores. Facundo Campazzo, Raul Neto, Doncic y Milos Teodosic son algunos de los recientes ejemplos que siempre tuvieron minutos para impactar, independientemente de cómo hayan sido los resultados posteriores.

Las estadísticas y su juego hablan por sí mismos, el Látigo pegaría con fuerza y sin aversión ante los gritos de cualquier afición. En el día de su cumpleaños una sola conclusión, Dejan Bodiroga en la NBA hubiera sido una absoluta destrucción.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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