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NBA

Golden State Warriors, la última dinastía

16:35 02/06/2022 | La franquicia de San Francisco ha jugado seis de las últimas ocho finales de la NBA, marcando una nueva era en la liga.

Warriors, la última dinastía en la NBA (Foto: Getty)

Antes de la llegada de Stephen Curry a los Warriors, estos habían llegado a la postemporada una vez en quince años, viviendo en una reconstrucción constante. La llegada del base es un punto de partida en esta historia, pero para nada primordial porque a pesar de su arribo, los resultados no tuvieron un impacto inmediato y en sus primeras tres temporadas tampoco hubo clasificación a playoffs, todo lo contrario tres campañas con registros muy negativos (26-56, 36-46 y 23-43).

Bob Myers, tomó el cargo de general manager para poder sacar del pozo a un equipo que supo tener gloria pasada, pero que ya acumulaba muchos años de sinsabores. Su primera decisión fue confiar en Mark Jackson para llevar adelante las pretensiones de un equipo que contaba con talento joven con Curry y agregaba a Klay Thompson desde el draft, pero le faltaba mucho para aspirar a cosas importantes. La primera temporada del entrenador ex Knicks mejoró algo, pero no alcanzó y el ojo de la dirigencia se clavó en el verano del 2012 para crecer con los picks.

Las primeras decisiones de Myers no pudieron ser más redondas, en el número 7 se quedó con Harrison Barnes y en el 35 escogió a un subestimado Draymond Green. Con estos cuatro jugadores, más la llegada de Andrew Bogut desde Milwaukee había material para trabajar. Las victorias fueron más que las derrotas esa campaña y con ello la vuelta a los playoffs, donde no fue nada mal. Primero triunfo ante Denver y luego derrota ante los Spurs, con una de las imágenes más recordadas de Manu Ginóbili metiendo un triple para ganar el primer punto, pero fastidiado por no haber hecho un buen partido esa noche.

La siguiente debía ser todo ganancia para un plantilla que sumó a Andre Iguodala y mejoraba los resultados en fase regular con marca de 51-31, pero que en primera ronda los Clippers los dejaron con las manos vacías en un séptimo juego en la Bahía. Con ello vino el cambio de entrenador y Steve Kerr tomaba el cargo, para ser definitivamente un punto de inflexión necesario en la historia.

El excampeón con Bulls y Spurs, sumó a Shaun Livingston para darle profundidad al equipo y diagramó un juego perimetral para romper con todos los moldes y quedarse con un título de manera contundente. El primer gran éxito que abría la puerta en pensar en algo grande. La confirmación no tardó en darse a conocer y en el siguiente episodio, los Warriors despedezaron el récord de los Bulls y firmaron un temporada de 73 victorias y solo nueve derrotas, una verdadera locura. Sin embargo no hubo título y solo el talento/grandeza de LeBron James impidió que Golden State no fuera campeón . Los Cavs dieron vuelta una serie que estaba 1-3 y Cleveland gritó fuerte en San Francisco, poniendo un frenó a la ebullición de los Splash Brothers.

Sin necesidad de cambiar mucho, pero sabiendo que podían dar un paso más a su invencibilidad, se deshicieron de Harrison Barnes y tentaron a Kevin Durant. El ex Thunder dio el sí y Golden State desfiló al título la temporada entrante con un tridente ofensivo incontenible (Curry 25.3, Durant 25.1 y Thompson 22.3). Ese éxito se extendió por dos temporadas más y cuando parecía que habían roto el jueguete, que nadie los iba a vencer, el factor lesiones dio la lección que en el deporte los imponderables también juegan. Durant y Thompson se lastimaron en las finales y Toronto asaltó el título de la NBA para sorpresa de todos, despelazando a unos Warriors que sintieron el golpe.

Sin Durant y Thompson por mucho tiempo y luego una pérdida de Curry, la armada de Keer pasó de subcampeón a ganar solo 15 partidos y perder 50. KD tomó otro rumbo, Klay se volvió a lesionar y con ello las pretensiones de Golden State quedaron en manos de Steph, quien tuvo una gran temporada en la 2020/21, pero que llegó sin nafta al play-in, quedando afuera a pesar de que ya contaba en el equipo con Jordan Poole y Andrew Wiggins, procedente de los Wolves.

Entonces con los piezas ensambladas nuevamente y un enorme salto de calidad de Poole y Wiggins, los Warriors encararon esta temporada con altas expectativas, apoyados en los estandartes Curry y Green, además de saber que Thompson ya estaba volviendo. La temporada de los Warriors fue muy buena por momentos y mala en otros, sobre todo cuando una de las estrellas falta. Pero llegado el momento de los playoffs volvieron a mostrar de que están hechos y floreció su mejor básquet, sabiendo que cuando llega ese momento conocen la clave y el camino para llegar a la final.

Con esta es la sexta final consecutiva cada vez que entran en playoffs y si bien son tres títulos sobre cinco posibilidades, el juego, la calidad y el estilo, marcó una época en la NBA. Independientemente de cómo le vaya ante Boston, la liga está en presencia en una nueva dinastía, aquella que ilumina a todos y acompañada por las redes sociales, trascendieron las fronteras del básquet mundial y al  menos en los próximos cincuenta años se podrá decir ‘tal equipo juega a lo Golden State de Curry, Thompson y Green’ y con ello dejar fluir los recuerdos de una franquicia que supo dominar la NBA durante casi diez años.

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