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 LeBron James domina la NBA desde hace 19 años, desde su mismísimo debut en la mejor liga del mundo. Su irrupción causó sensación en la competencia norteamericana y rápidamente se convirtió en una figura icónica, no solo del básquet, sino del deporte mundial. Su nombre fue una empresa y su maquinita de facturar no se detuvo nunca.

No solo consiguió grandes contratos en la NBA, algo habitual para las estrellas de las franquicias, las cuales tienen tope salarial, con lo cual tienen un gasto “medido”. Se convirtió en imagen de muchas grandes empresas internacionales de las más altas esferas y su cotización fue subiendo considerablemente.

Fue realizando inversiones y haciendo crecer su capacidad financiera de manera exponencial. Participa de un grupo de inversionistas y se convirtió en propietario de grandes franquicias de otros deportes profesionales estadounidenses e incluso del Liverpool, el club del fútbol inglés, al cual se lo pudo ver alentando desde la cancha.

Forbes, la prestigiosa noticia dedicada a los asuntos financieros, acaba de informar que James es billonario. Es el primer jugador de básquet activo en lograrlo, anteriormente lo habían conseguido Michael Jordan y Kobe Bryant pero ya retirados.

Pero no solo eso, se informó, desde otros medios, que LeBron ahora también es uno de los nuevos propietarios del AC Milán, reciente campeón de la liga de fútbol de Italia. RedBird Capital, un grupo inversionista del cual James forma parte, adquirió más del 70% de la institución Rossoneri.