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Si Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili fueron las estrellas de San Antonio Spurs en 2012-13, Danny Green fue el complemento perfecto. Después de haber triunfado desde ser un pick en la segunda ronda en 2009, más varias temporadas en la D-League, Green ganó un lugar en la alineación titular de Pop como un tirador de élite de 3 puntos, sumado a una tenaz capacidad defensiva.

Green desempeñó el papel a la perfección en su primera temporada completa como titular, ocupando el séptimo lugar en la liga en porcentaje de 3 puntos con 42.9 y asumiendo el desafío de ser un defensor top en el perímetro, incluso ocupando el quinto lugar entre los escoltas en tapones por juego.

Los Spurs continuaron con su dominio con un récord de 58-24, buenos para el segundo lugar en la Conferencia Oeste. Perderían solo dos veces en su camino hacia un lugar en las Finales de la NBA y un enfrentamiento con el campeón defensor Miami Heat. Danny Green, naturalmente, pasó a un segundo plano y fue una ocurrencia tardía en una batalla repleta de estrellas. Sin embargo, fue un contribuyente sorpresa en la victoria del Juego 1 y en la paliza del Juego 2 en Miami, donde lideró con 17 puntos en una marca perfecta de 5 de 5 desde el triple.

Por lo bien que Green había jugado hasta este punto, el Juego 3 demostró ser la actuación más destacada, la que convirtió un buen comienzo en una demostración legítima de sus capacidades.

Los Spurs desataron una ráfaga de triples en su victoria aplastante por 113-77. Liderados por Green, el escolta registró 27 puntos en el juego en 7 de 9 tiros de larga distancia. Eso fue, y se mantiene a día de hoy, un récord de triples en un solo juego de las Finales NBA. San Antonio luego puso el 3-2, con la chance de definirlo en Miami para los últimos 2 juegos. 

Como ya es sabida la historia, Miami ganó la serie gracias a un triple salvador de Ray Allen en el Juego 6, y Green tiró apenas 2-11 desde el triple en esos últimos juegos. De repente, todo se vino abajo. 

Los jugadores de rol han sido claves en todos los campeonatos de la NBA. Desde Robert Horry hasta Steve Kerr, incluso el heróico Ray Allen, su impacto siempre es necesario, pero nunca se han sentido tan estrellas como la actuación de Green en 2013.