Internacional

Lucas Maglietti, el argentino que se robó el show en el Next Generation U18

16:28 21/03/2021 | El formoseño tuvo una final soñada ante Real Madrid. A pesar de que Stella Azzurra no logró la victoria, el base dejó excelentes sensaciones.

Maglietti con la 50 (Foto: Stella Azzurra)

Benjamín Marchiaro de un lado, Lucas Maglietti del otro. La presión es total, la pérdida del rival inminente. En unos segundos el robo se materializa y el formoseño se queda con el balón para inmediatamente ir en busca del aro como un perro en busca de comida escondida. 

Un pique con la mano izquierda, dos con la derecha y un instante que pareció duda, pero el armador ya tenía la jugada en su mente. Finta de un pase que hubiera sido de faja para engañar a su defensor y definición con su pierna menos hábil elevándose de forma preciosa. 

La secuencia se produjo en la victoria de su equipo, el Stella Azzurra, ante el Anadolu Efes de Turquía 69-62. Fue el tercer triunfo de los italianos en la fase clasificatoria al Final Four del torneo Adidas Next Generation U18, en el que se enfrentan las principales promesas de Europa en búsqueda de fogueo y crecimiento. 

Y si alguien pudo mostrarse durante los cuatro partidos que duró la competición ese fue Lucas Maglietti, exjugador de La Unión de Formosa. Si bien los suyos no consiguieron el pase al cuadrangular decisivo tras perder en la final ante Real Madrid (77-85), el argentino dejó excelentes sensaciones en ambos costados de la cancha, compensando falta de centímetros (1,78 metros de altura) con esfuerzo, disciplina y la rebeldía que siempre caracterizó a los armadores domésticos.

Precisamente en la final se mostró de la mejor manera, siendo intenso atrás y efectivo adelante, cerrando el juego con 17 puntos (4/6 en dobles, 2/4 en triples y 3/4 en libres), 2 rebotes, 2 asistencias, 1 robo, 2 pérdidas y 2 faltas que le permitieron ser, junto con Matteo Visintin, uno de los dos máximos anotadores del partido.

A su vez, en promedios generales el base tuvo 6,3 puntos, 3,3 rebotes, 3,0 asistencias y, algo que destaca su esfuerzo, 1,8 robos en 21:01 minutos de media durante los cuatro choques disputados. Además, lanzó 33,3% de tres, 29,4% en dobles y 75,0% en libres. 

Si bien sus promedios de tiro no se destacan por encima de la media y sus números generales tampoco, es nodal analizar su rendimiento más allá de los guarismos tradicionales, enfatizando en el hecho de que su mecánica de lanzamiento luce mucho más fina y eso le permitió pasar de cosechar un 18,2% en el Next Generation de la temporada pasada a un 33,3% que refleja la mejora.

Su carácter se pudo ver en la final, aunque también en los partidos previos con posicionamiento atrás, agresividad y cambios de ritmo, siempre cuidando el balón (nunca tuvo más de dos pérdidas) y entendiendo cómo alimentar a sus compañeros anotando en los momentos necesarios.

Poco a poco, el argentino va adaptándose al circuito internacional y cada vez más lejos queda ese joven que partió de Formosa con un sueño en la valija, sin más armas que su confianza y un deseo empedernido de irse a lo desconocido para mejorar su recorrido. 

Estuvo herido. Ahora, más que nunca, está vivo. No es más un forajido.  

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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